Tres policías fueron asesinados: Entre mayo y junio de 2024, Barranquilla y Soledad enfrentaron una preocupante ola de violencia dirigida contra la Policía Nacional, un fenómeno inusual en estas jurisdicciones. Durante estos dos meses, tres uniformados fueron asesinados y otro resultó herido, lo que encendió las alarmas sobre un posible patrón delictivo. Aunque las autoridades han trabajado para esclarecer los casos, aún persisten interrogantes sobre si estos ataques están relacionados con un posible “plan pistola” o con posibles irregularidades cometidas por los agentes.
El primer caso ocurrió el 17 de mayo, cuando el patrullero Jaider Gregorio Amador Quessep fue asesinado en el barrio San Luis de Barranquilla. Este homicidio, captado por cámaras de seguridad, mostró la crueldad del ataque, en el que un sicario siguió al uniformado en motocicleta y disparó varias veces incluso después de que la víctima cayera al suelo. Meses después, en agosto, las autoridades lograron capturar a cinco presuntos responsables, vinculados al grupo delincuencial ‘Los Pepes’. La Policía confirmó que estos individuos planificaron minuciosamente el crimen, lo que permitió reconstruir los hechos y llevar a los culpables ante la justicia.
Estos tres policías fueron asesinados de la misma forma
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El segundo ataque, perpetrado el 8 de junio en el barrio Villa Katanga de Soledad, cobró la vida del subintendente Gerson José Piñeres Porto. Mientras observaba un partido de fútbol de su hijo, dos sicarios en moto lo atacaron a tiros frente a varios testigos, incluido su familia. Tras una intensa labor investigativa, las autoridades capturaron en diciembre a dos presuntos implicados, también vinculados a ‘Los Pepes’. Estos individuos cuentan con un amplio historial delictivo, lo que refuerza la hipótesis de que estos crímenes están relacionados con estructuras criminales organizadas.
El tercer asesinato ocurrió el 29 de junio, cuando el subintendente Carlos Fernando Fuentes Noriega fue atacado en su casa en el barrio Ciudadela 20 de Julio. Un sicario disfrazado de domiciliario llegó a su ventana y le disparó en repetidas ocasiones, huyendo del lugar tras cometer el crimen. Este hecho, captado por cámaras de seguridad, evidenció la premeditación de los atacantes. Aunque la investigación sigue en curso, este caso aún no cuenta con responsables capturados, lo que genera preocupación en la comunidad y entre las autoridades.
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Finalmente, ese mismo día, el patrullero Jorge Luis Betín Hernández fue herido en otro atentado en el barrio La Victoria de Barranquilla mientras se dirigía a su turno de trabajo. Aunque el uniformado logró sobrevivir, los atacantes no han sido identificados ni capturados. Estos episodios de violencia reflejan un claro desafío para la seguridad en la región y para las autoridades encargadas de protegerla, quienes enfrentan la presión de esclarecer estos crímenes y evitar que continúen.