Irlanda reabre uno de los capítulos más oscuros de su historia. Esta semana, comenzaron las labores forenses en el predio donde operaba el Hogar para Madres y Bebés Bon Secours en Tuam, Galway. El objetivo: exhumar los restos de 796 bebés y niños enterrados clandestinamente entre 1925 y 1961 en una fosa séptica, según investigaciones lideradas por la historiadora Catherine Corless. Excavan tumba colectiva de bebés en Irlanda: Iglesia y Estado implicados.
Este sitio, regentado por monjas católicas, recibió durante décadas a mujeres solteras embarazadas. Muchas fueron internadas contra su voluntad. Sus hijos murieron por negligencia, enfermedades y desnutrición, y no recibieron sepultura digna. La excavación actual podría tardar hasta dos años.
Investigación que destapa horrores
El caso tomó fuerza en 2014, cuando Corless descubrió certificados de defunción que no coincidían con entierros oficiales. Solo dos niños fueron registrados en un cementerio cercano. El resto estaría en el infame “pozo”, como lo llamaban algunas mujeres que vivieron en el hogar.
Entre 1922 y 1998, unas 56.000 mujeres y 57.000 niños pasaron por instituciones similares en Irlanda, con la complicidad de la Iglesia y el Estado. Una comisión nacional creada tras la denuncia reveló que más de 9.000 niños murieron en estos lugares.
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Un dolor que no termina; Excavan tumba colectiva de bebés en Irlanda: Iglesia y Estado implicados
Historias como la de Annette McKay, cuya hermana murió allí tras el abuso sexual a su madre, mantienen vivo el clamor por justicia. “No me importa si es un dedal lo que encuentro. Quiero darle un entierro digno”, expresó conmovida.
El testimonio de estas familias y la lucha de Corless destaparon décadas de maltrato sistemático. La sociedad irlandesa enfrenta ahora la verdad de una historia que muchos quisieron enterrar, pero que regresa con fuerza desde lo más profundo de la tierra.