Texas, en la ciudad de Cleveland, epicentro de un nuevo tiroteo en EE.UU. y es que esta vez las víctimas mortales son 5 personas de Honduras y entre ellas hay un niño quién murió en el hospital donde recibía una atención médica.
El tirador identificado como Francisco Oropeza, de 39 años, y a quién se le imputaron cinco cargos de asesinato tras emprender la fuga así lo informó la cadena de televisión ABC News.
Ya son 174 tiroteo en lo que va corrido del 2023 y el problema de las armas ilegales en este país siguen siendo el principal dolor de cabeza para el presidente, Joe Biden.
«Cinco personas murieron después de recibir disparos en el interior de una vivienda por parte de un sospechoso armado con un rifle tipo AR-15».
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Agregó «El incidente ocurrió sobre las 23.31 (hora local, GMT-5) cuando agentes de la oficina del Sheriff del Condado de San Jacinto recibieron una llamada sobre un posible tiroteo en Cleveland, Texas»
Según el informe policial, cuatro personas fueron declaradas muertas en el acto y mientras que una quinta falleció en el hospital se trata de un menor de edad.
Las autoridades declararon al canal de televisión que entre las víctimas se encuentra una menor de ocho años.
El cuerpo policial busca al tirador y el sospechoso se trataría de un hombre hispano que se encontraba en estado de embriaguez.
«Se dieron instrucciones a los lugareños para que permanezcan en sus casas y «se mantengan alejados» de la escena del crimen hasta que finalice la investigación», puntualizó la información.
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Noche de terror en Texas:
El autor del tiroteo, de nacionalidad mexicana, se dio a la fuga y podría estar armado con un fusil de asalto AR-15, un arma usada en muchos de los tiroteos de los últimos años, dijo el alguacil del condado de San Jacinto, Greg Capers, en una rueda de prensa horas después del suceso.
Capers explicó que las víctimas de la masacre en Texas recibieron disparos en el cuello y la cabeza, como si se tratara de una «ejecución».
El sospechoso irrumpió en la vivienda de sus vecinos y después de que ellos le pidieran que dejara de disparar en el jardín con su fusil porque era muy tarde y un bebé estaba intentando dormir.
Dentro de la vivienda había diez personas. De los cinco fallecidos, tres eran mujeres, uno era un varón y el último era un niño de 8 años, detalló.
«Otros tres niños fueron trasladados al hospital, cubiertos de sangre, pero no están heridos», indicó Capers a The Washington Post.
Más personas pudieron ser asesinada en este nuevo hecho de violencia y sin embargo, dos mujeres protegieron con sus cuerpos a otro niños. La recompensa por las autoridades es de 5 millones de dólares.