El reciente informe 2025 Report of the Lancet Countdown on Health and Climate Change (realizado por World Health Organization (OMS) junto con University College London y otros, advierte que la inacción ante el cambio climático ya está costando millones de vidas al año.

Datos clave destacados

  • La tasa de muertes relacionadas con el calor se ha incrementado un 23 % desde la década de 1990, alcanzando un promedio de ≈ 546.000 muertes al año entre 2012 y 2021.
  • La contaminación del aire derivada de la quema de combustibles fósiles se estima responsable de ≈ 2,5 millones de muertes al año.
  • En 2024 se registraron cifras récord de exposición al calor: por ejemplo, la persona promedio experimentó unos 16 días adicionales de calor peligroso atribuibles al cambio climático.
  • Los gobiernos subvencionaron los combustibles fósiles por un monto estimado de US$ 956 mil millones en 2023, lo que empeora el problema al incentivar la continuidad de fuentes contaminantes.

¿Por qué “inacción = muertes”?

Las razones son múltiples e interrelacionadas:

  • Olvido de adaptación: Las sociedades no se están adaptando lo suficientemente rápido al calentamiento global (más olas de calor, sequías, incendios) → mayor vulnerabilidad humana.
  • Persistencia de combustibles fósiles: Su quema genera contaminación del aire, calor excesivo y eventos extremos → efectos directos en salud.
  • Impactos indirectos en salud: Aumento de enfermedades relacionadas con calor, problemas alimentarios por sequía, expansión de vectores (como dengue) y fallas en sistemas de salud.

¿Qué significa para Colombia y América Latina?

Aunque el informe es global, sus hallazgos tienen implicaciones claras para países como Colombia:

  • Zonas de alta vulnerabilidad (como algunas regiones de Nariño/Pasto) podrían ver más días de calor peligroso, mayor estrés en salud pública y mayor carga sobre los servicios de atención.
  • Las poblaciones rurales o con menor acceso a infraestructuras sanitarias adecuadas pueden ser las más afectadas.
  • Las políticas de transición energética, reducción de contaminantes y adaptación local (sistemas de alerta de calor, mejoras en vivienda, servicios de salud) adquieren gran relevancia.

¿Qué se puede hacer?

El informe también plantea vías de acción concreta:

  • Focalizar la salud como motor de la acción climática: “La crisis climática es una crisis de salud”.
  • Acelerar la eliminación progresiva de los combustibles fósiles y aumentar la energía renovable: lo que salva vidas.
  • Implementar sistemas de adaptación en salud pública: excelentes infraestructuras de salud, alertas de calor, planes de contingencia.
  • Incluir dietas saludables y sistemas agrícolas sostenibles como parte de las soluciones: menos carbono, más salud.