Un atraco a mano armada casi acaba con la vida de Valeria Beltrán y la de su amiga la noche del 29 de enero en Turbaco, Bolívar. Ella resultó con fractura de mandíbula y múltiples heridas en piernas, brazos y rostro. Su compañera fue apuñalada en el pecho con un pico de botella.
Los hechos ocurrieron sobre las diez de la noche, cuando ambas se montaron en una motocicleta para regresar a sus respectivos domicilios, después de cenar en la plaza principal de Turbaco.
Valeria contó a su madre que cuatro hombres fueron los responsables de lo ocurrido. Al parecer, cuando las muchachas pasaban por el matadero, ubicada en una zona conocida como el Troncal, los hombres se abalanzaron sobre la motocicleta que circulaba a gran velocidad y las derribaron.
En ese momento, los delincuentes se acercaron a ellas indolentemente y sin importarles que estuvieran inmovilizadas, procedieron a registrarlas y agredirlas. A cada una les quitaron sus teléfonos celulares y otras pertenencias de valor.
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El joven que conducía la motocicleta también resultó levemente herido y aunque intentó defenderse, le robaron 400 mil pesos. «El muchacho que manejaba tiró las llaves de la moto al monte, por eso no se la llevaron; pero lograron robarle 400 mil en efectivo, cadenas de oro y un celular».
Valeria dijo recordar muy poco de lo sucedido, pues el fuerte golpe que se dio contra el asfalto la dejó medio inconsciente. Cuando le preguntaron por los rostros de los delincuentes, sólo respondió que estaban cubiertos con capuchas.
«A mi hija le dieron una patada en la cabeza. En su bolso sólo encontraron maquillaje; a su amiga la agredieron con un pico de botella y tuvieron que suturarle 28 puntos», comentó un familiar de la mujer herida.
La compañera de Valeria abandonó el centro sanitario un día después de ser ingresada, mientras que ella estuvo hospitalizada casi una semana. La fractura y los golpes recibidos la obligaron a someterse a siete intervenciones quirúrgicas. Ahora se encuentra en casa, donde continúa su recuperación.
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