Un fallo técnico en un centro de datos en Chicago provocó la suspensión temporal de operaciones de futuros en mercados globales, generando turbulencia entre inversionistas internacionales. El incidente evidencia la vulnerabilidad de los sistemas financieros ante fallos tecnológicos, y genera alertas sobre la necesidad de fortalecer infraestructura crítica y protocolos de contingencia en un contexto de creciente automatización del comercio global.
