Killawayra no solo baila. Sopla como brisa de luna, tocando corazones, moviendo conciencias y celebrando la riqueza de ser, de pertenecer, de recordar.Killawayra no solo baila. Sopla como brisa de luna, tocando corazones, moviendo conciencias y celebrando la riqueza de ser, de pertenecer, de recordar.

En lo alto de los Andes, donde la luna vigila los sueños y el viento lleva memorias ancestrales, nació Killawayra, una compañía de danza cuyo nombre –tomado del quechua– significa “brisa de luna”. No es solo un nombre; es una declaración poética de identidad. Killawayra representa esa conexión invisible pero profunda con la tierra, el alma y la historia de los pueblos.

Desde hace 25 años, este colectivo de soñadores ha tejido con pasos, ritmos y gestos una propuesta artística única, que fusiona la tradición con la proyección. Sus integrantes, en su mayoría jóvenes estudiantes, han encontrado en la danza una forma de expresarse, formarse y crecer como seres humanos.

En cada presentación, Killawayra interpreta danzas folclóricas regionales, nacionales e internacionales, cuidadosamente seleccionadas por su carga simbólica y emocional. Cada coreografía es una historia contada desde el cuerpo, una emoción compartida, un mensaje que invita a reflexionar y sentir.

Más allá del espectáculo, Killawayra es una escuela de vida. Con cada ensayo y escenario, siembran valores, fortalecen la identidad cultural y promueven el entendimiento intercultural. Han llevado su arte por distintos escenarios, ganando reconocimientos y, más importante aún, el cariño del público.