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La Carroza del ‘Perdón y la Reconciliación’ se convirtió en una de las expresiones más significativas del Carnaval de Negros y Blancos 2025. Su construcción fue el resultado de un encuentro único entre víctimas del conflicto armado, firmantes del Acuerdo de Paz, integrantes de la Fuerza Pública y miembros de la comunidad, quienes asumieron el reto de resignificar la historia y demostrar que la convivencia es posible.

Esta iniciativa, que unió diferentes sectores con trayectorias y vivencias diversas, dejó en evidencia que el arte puede convertirse en un escenario poderoso para transformar las heridas del pasado en mensajes de esperanza.

Experiencia

El proceso que dio vida a esta carroza fue mucho más que un trabajo artístico. Fue una experiencia social y comunitaria en la que el diálogo, la confianza y la voluntad de reconciliación fueron los principales insumos.

La carroza, hoy conservada en el Museo del Carnaval de Pasto, representa un esfuerzo colectivo que trasciende lo estético para convertirse en un vehículo de paz y memoria. Al ser presentada en el marco de las festividades, logró captar la atención de miles de asistentes, quienes no solo admiraron su diseño, sino también el profundo mensaje de unión que transmitía.

Carmenza Santacruz, firmante de paz, destacó que el trabajo conjunto surgió de talleres psicosociales que permitieron fortalecer la confianza y derribar prejuicios entre sectores históricamente enfrentados.

Voluntad

“Cuando nos juntamos y tenemos voluntad, todo se puede”, afirmó, señalando que la carroza es la prueba de que las diferencias pueden transformarse en oportunidades para crear. Su testimonio refleja la importancia de abrir espacios de encuentro donde los compromisos individuales se convierten en aportes colectivos para la construcción de una paz real.

Desde la institucionalidad, también se resaltó el valor de este proceso. Diana Carolina Acosta, contratista de la Subsecretaría de Paz y Derechos Humanos, recalcó que lo esencial es garantizar que estos espacios de conversación se mantengan en el tiempo.

“La invitación siempre será sentarnos a dialogar y construir un mejor país”, puntualizó. En sus palabras quedó claro que la carroza no es un punto de llegada, sino un punto de partida para seguir consolidando iniciativas que fomenten el respeto, la convivencia y la reconciliación en el departamento de Nariño.

Victoria

Para Rocío Granja, representante de la Asociación de Desarrollo Integral para Víctimas – ADIF, la obra simboliza una victoria colectiva frente al dolor vivido. “Hoy la carroza refleja nuestra lucha y abre puertas para que más víctimas se unan a este caminar hacia la reconciliación y la no repetición”, señaló con emoción.

La construcción de la carroza fue posible gracias a la gestión departamental y al respaldo decidido de Corpocarnaval, en articulación con la Agencia para la Reincorporación y la Normalización – ARN y la Misión de Verificación de la ONU.

El proceso logró convocar a más de 70 personas entre artistas, gestores culturales, líderes comunitarios y beneficiarios de programas de paz, quienes durante meses aportaron su esfuerzo y talento para dar forma a este símbolo de reconciliación. Lo que nació como un reto terminó consolidándose en un hito para el Carnaval y para la memoria colectiva de Nariño.

Con una inversión superior a 100 millones de pesos, la carroza no solo integró recursos y voluntades, sino que también articuló programas nacionales de reincorporación y reconciliación.