La semilla de chía es la estrella de la omega 3 vegetal. Sus propiedades la hacen adecuada para adelgazar, aliviar el estreñimiento, bajar el colesterol y regular el azúcar.
Las semillas de chía son un alimento muy potente y concentrado, además que es una excelente fuente vegetal de ácidos grasos poliinsaturados, en especial de ácido alfalinolénico (ALA), el precursor vegetal de la omega-3. Fáciles de integrar en la dieta habitual, por ejemplo, en los populares puddings de chía, sirven además para sustituir al huevo en la cocina vegana.
Su potencial antioxidante, sus efectos beneficiosos en la diabetes, el colesterol o la hipertensión y sus propiedades antiinflamatorias y laxantes, entre otras, están respaldados por la evidencia científica, según una revisión de estudios publicada en Journal of Food Science and Technology.
6 beneficios de la semilla de chía
La chía es una semilla especialmente rica en ácidos grasos omega 3 de origen vegetal, pero además los aporta junto a ácidos grasos omega 6 en la proporción ideal para el organismo, que es una proporción de 3 a 1 (omega 6 y omega 3). Además, es una buena fuente de minerales como el calcio, el magnesio y el boro.
Además encontramos un alto contenido de fibra, tanto soluble como insoluble, lo que nos ayuda a mantenernos saciados y a regular el tránsito intestinal. Una ración de 30 gramos (unas dos cucharadas) puede contener hasta 12 gramos de fibra.
A diferencia de otras semillas, la chía posee también una gran cantidad de antioxidantes, que entre otras cosas previenen el enranciamiento de sus propias grasas. Entre sus antioxidantes destacan sustancias como el ácido clorogénico, el ácido cafeico, la quercetina o el kaempferol.
1. Protege el corazón y reduce el colesterol
Los beneficios de las semillas de chía se deben al elevado contenido en omega 3, un ácido graso esencial con propiedades antiinflamatorias, antitrombóticas y vasodilatadoras que ayuda a regular la presión arterial y el colesterol en sangre: disminuye las lipoproteínas LDL y aumenta las HDL.
A ello contribuyen también su elevado contenido en fibra y la presencia de beta-sitosteroles, unos compuestos de las plantas que resultan beneficiosos en enfermedades coronarias y frente al colesterol alto.
2. Regula el transito intestinal
La alta concentración de mucílagos, un tipo de fibra soluble que crece en contacto con el agua, hace que las semillas de chía multipliquen por diez su tamaño en el tracto digestivo y que presionen las paredes intestinales.
De ese modo, estimulan el peristaltismo o movimiento de los intestinos y mejoran el estreñimiento. Esos mucílagos crean a su vez una red viscosa que hidrata y lubrica el tubo gastrointestinal, lo que facilita también la expulsión de las heces.
3. Ayuda en la diabetes
La chía es un buen complemento en la alimentación de las personas con diabetes, de nuevo por la gran cantidad de fibra que contiene. Ayuda a regular los niveles de azúcar en sangre en general, pues la fibra captura parte de esos azúcares y los libera lentamente, lo que evita que haya picos de glucosa e insulina en sangre.
Es recomendable incorporar las semillas en compotas de fruta, en puddings de fruta o en cocidos de legumbres y cereales.
4. Pérdida de peso
Dentro de los beneficios de las semillas de chía está el de ayudar en la pérdida de peso. Ello es debido a que llena el estómago y nos produce sensación de saciedad gracias a su gran capacidad de absorber líquidos. Y, como regula los niveles de azúcar en sangre, ayuda a evitar los antojos por los dulces.
5. Protección antoxidante
Estudios recientes demuestran que la chía posee una alta concentración de fenoles, unos antioxidantes que frenan hasta el 70% de la actividad de los radicales libres. Esto ayuda a prevenir el envejecimiento prematuro de la piel y a reparar los tejidos musculares.
6. Cuida tus huesos
Con solo 30 gramos de chía obtenemos el 20% de la cantidad de calcio recomendada, un mineral indispensable para mantener la masa y estructura ósea.
También aporta boro, que ayuda a metabolizar el calcio.