La eliminación del arancel del 10 % a la importación de materias primas para la confección ha desatado una fuerte controversia entre los confeccionistas colombianos y los productores nacionales de hilo.

La medida, impulsada por el Ministerio de Industria y Comercio, busca abaratar los costos de producción del sector textil para que pueda competir frente a las plataformas internacionales como Shein y Temu, que han ganado terreno en el mercado local con precios bajos y oferta variada.

Sin embargo, el alivio arancelario ha generado preocupación entre los hilanderos y productores de algodón, quienes advierten que podría llevar al cierre de empresas locales y a la pérdida de miles de empleos. Actualmente, Colombia ha pasado de tener más de 30 hilanderías a solo seis activas, que emplean a cerca de 8.000 trabajadores.

“Esta medida nos deja sin piso. Competir con los precios internacionales es casi imposible, y sin protección el sector podría desaparecer”, señaló un representante del gremio algodonero.

Por otro lado, los confeccionistas defienden la decisión gubernamental, argumentando que el 95 % de sus insumos son importados, y que los altos costos de los materiales nacionales limitaban la competitividad del sector.

“Necesitamos precios razonables para poder sobrevivir frente al auge de plataformas chinas. Sin esta reducción, muchas empresas de confección habrían quebrado”, expresó un vocero de la Cámara Colombiana de la Confección.