Berlín volvió a vibrar con el fútbol americano. Por primera vez desde 1994, la Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL) regresó a la capital alemana y lo hizo a lo grande: con el Estadio Olímpico como epicentro de un evento que combinó deporte, cultura y espectáculo. El encuentro, disputado el mismo día en que la ciudad conmemoró el 36.º aniversario de la caída del Muro, terminó con la victoria de los Indianapolis Colts sobre los Atlanta Falcons por 31-25 en tiempo extra, en un ambiente de euforia total.
Entre cañones que lanzaban tortillas promocionales, miles de voces entonando “Country Road” y un touchdown de 83 yardas de Jonathan Taylor, el público —72.203 aficionados— disfrutó de una auténtica fiesta al estilo estadounidense. La energía fue constante, animada por DJ Scooter y un despliegue de entretenimiento que fusionó la cultura pop norteamericana con guiños locales alemanes.
“Lo de Frankfurt hace dos años fue increíble, pero jugar aquí, en este estadio tan histórico, es algo especial”, comentó emocionado el liniero austríaco Bernhard Raimann, de los Colts.
Una remodelación para un estadio eterno
El regreso de la NFL a Berlín no fue improvisado. Para adecuar el Estadio Olímpico, se realizaron importantes obras de modernización: se unificaron vestuarios para alojar las plantillas de la liga, se instalaron nuevos lavabos y sanitarios, se ampliaron puertas y se reforzó el sistema de agua caliente. También se renovó el campo, sustituyéndolo por una superficie híbrida sobre base plástica y retirando las antiguas pistas de salto con garrocha.
El Senado de Berlín destinará cinco millones de euros entre 2025 y 2029 para continuar con la renovación del estadio y otras instalaciones deportivas públicas. En total, el presupuesto vinculado a los juegos de la NFL asciende a 12,5 millones de euros, mientras que la liga estadounidense invertirá otros 50 millones para asegurar el desarrollo del proyecto a largo plazo.
Según Christoph Meyer, director de eventos del estadio, estas mejoras se concibieron pensando en el futuro:
“Somos ahora una arena multifuncional para fútbol, atletismo y fútbol americano. Las renovaciones se coordinaron con la NFL con una visión de largo plazo, lo que llamamos medidas de legado”.
Esto significa que el recinto estará listo para acoger partidos de la NFL hasta 2029, sin necesidad de nuevas adaptaciones temporales.
De Jesse Owens a Usain Bolt: un templo del deporte que busca renovarse
El Estadio Olímpico de Berlín ha sido testigo de momentos legendarios: las cuatro medallas de Jesse Owens en los Juegos Olímpicos de 1936, el récord mundial de Usain Bolt en los 100 metros (9,58 segundos) y el famoso cabezazo de Zinedine Zidane en la final del Mundial de 2006. Ahora, con la NFL como nueva protagonista, el recinto reafirma su condición de escenario deportivo universal.
Sin embargo, el paso del tiempo también se deja sentir. Alemania, pese a su reputación deportiva, comienza a quedarse atrás frente a los estadios de nueva generación que emergen en otros países. Tras las modernizaciones realizadas para el Mundial de 2006 y la reciente Eurocopa 2024, la inversión en infraestructura ha disminuido.
La arquitecta Bianca Binder, de la firma internacional Populous —responsable de proyectos como el Tottenham Hotspur Stadium— señaló recientemente al diario Frankfurter Allgemeine Zeitung que Alemania sigue siendo “un mercado atractivo”, aunque evitó hablar directamente de los estadios.
