Laura Sarabia, quien recientemente fue llamada a interrogatorio por la Fiscalía en relación al caso de la niñera Marelbys Meza y una fuerte cantidad de dineros, fue nombrada como la nueva directora del Departamento Administrativo de Prosperidad Social (DPS), provocando un giro sorprendente en el área política.
A pesar de las controversias que la rodean, Sarabia asumirá el rol de manejar un presupuesto de 2,3 billones de pesos, convirtiéndose en uno de los cargos más influyentes dentro del gobierno de Gustavo Petro.
Cielo Rusinque, quien hasta ahora lideraba el DPS, será ascendida a la posición de jefa de gabinete y tomará la responsabilidad de coordinar al equipo ministerial del presidente Petro. Este cambio en la cúpula gubernamental plantea nuevas dinámicas y estrategias en la administración de políticas públicas y en la toma de decisiones clave.
Un regreso controversial
El regreso de Sarabia al gobierno no era un secreto, aunque estuvo amenazado por la decisión de la Fiscalía de citarla a interrogatorio en relación al escándalo de Marelbys Meza. A pesar de estas circunstancias, el presidente Petro no había cerrado la puerta a su retorno y se rumoreaba que Sarabia seguía colaborando con el líder del país.
De hecho, recientemente se la vio reunida con Luis Almagro, secretario general de la OEA, para discutir temas de violencia política contra la mujer en América Latina.
En su nuevo rol, Sarabia no trabajará directamente junto a Gustavo Petro como lo había hecho desde la campaña presidencial. En lugar de eso, estará al frente del DPS, una entidad encargada de diseñar, coordinar e implementar políticas públicas para combatir la pobreza y promover la equidad social. Estos esfuerzos son parte fundamental de las promesas de campaña de Petro.
Conozca el caso de Sarabia
La salida de Sarabia del gobierno, con el cargo de jefa de Gabinete, ocurrió en medio de un escándalo generado por la revelación de SEMANA sobre la situación vivida por su exniñera Marelbys Meza, después de un supuesto robo en su apartamento.
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Esta exempleada doméstica fue involucrada por la seguridad presidencial con el peligroso Clan del Golfo, lo que llevó a autorizaciones judiciales para intervenir su teléfono y monitorear sus movimientos. En medio de la controversia, el coronel Óscar Dávila, pieza clave en la investigación, se suicidó, añadiendo aún más complejidad al caso.
A pesar de las circunstancias, Sarabia no está condenada ni inhabilitada para ocupar cargos públicos. Su designación como directora del DPS representa un desafío para el gobierno y para la justicia, ya que demuestra que, a pesar de la controversia que la rodea, ha sido considerada apta para asumir una posición de gran relevancia en el manejo de recursos públicos.
Por este motivo, aunque el caso en su contra no ha sido resuelto, su regreso al gobierno resalta la complejidad de las relaciones entre la esfera política y el sistema de justicia en el país.
Con su nuevo cargo, Laura Sarabia enfrentará una serie de desafíos al liderar el Departamento Administrativo de Prosperidad Social. No obstante, la sombra del pasado escándalo y las expectativas sobre su capacidad para impulsar políticas que promuevan la equidad social, estarán bajo el escrutinio de la opinión pública y la comunidad política en los próximos meses.