Cada uno de nosotros tenemos derecho al trabajo y en ese sentido, nosotros tenemos un profundo respeto por los vendedores informales de nuestra ciudad de Pasto, puesto que sabemos muy bien que, con su trabajo, tratan con muchos sacrificios y esfuerzos de sacar adelante a sus familias.
Igualmente entendemos que se trata de una lucha diaria, en la que hay involucradas varias madres cabeza de familia, quienes se la tienen que luchar para conseguir lo necesario para el sostenimiento de sus hijos.
También, sabemos que no solamente en Pasto, sino en las principales ciudades colombianas, existe desde tiempos inmemoriales, el eterno enfrentamiento entre la administración municipal y los vendedores ambulantes, cuyo móvil es la invasión del espacio público, contra el cual luchan todas las ciudades, no solo de nuestro país, sino del mundo.
Precisamente, en estos momentos en la capital nariñense, nos encontramos en un litigio de esas características, en el que el propósito de la Alcaldía de Pasto, en cabeza del señor alcalde, Nicolás Toro, es el de recuperar el espacio público en el sector céntrico de la ciudad.
En ese sentido, tenemos que desde muchas administraciones anteriores esa problemática se ha vuelto endémica y, es, de esta manera, que cada alcalde, ha tenido su propia pelea con los señores y señoras que se dedican al trabajo informal de vender en las calles, donde, en diferentes años y épocas se han dado algunas soluciones, las cuales, sin embargo, no han sido permanentes, puesto que de manera inexorable, reaparecen las peleas con los funcionarios del Espacio Público, las que en más de una ocasión han dado lugar a desagradables incidentes.
Ahora, en lo que concierne a nuestra ciudad de Pasto, tenemos un nuevo capítulo de este tira y afloje entre la alcaldía y los vendedores informales, con la reunión que acaba de sostener con el gremio, el alcalde Nicolás Toro, quien puso a consideración varias alternativas de reconversión laboral.
Al respecto, el mandatario municipal, informó que con el animo de llegar a un acuerdo satisfactorio se ofrecieron salarios de 2 millones de pesos, así como reconversión a 47 de estas personas en las plazas de mercado de la ciudad, pero lamentablemente, los vendedores ambulantes, se dejaron venir con una serie de propuestas que la administración municipal de Pasto, calificó como inadmisibles.
Sobre el particular, consideramos que el alcalde tiene toda la razón al rechazar unas peticiones suntuarias, fastuosas y aparatosas, que lo que están haciendo es colocando un pesado y grueso tronco en la mitad del camino hacia una solución. Expresó el alcalde de manera textual que “Nos pidieron moto carros, indemnizaciones, parqueaderos, inclusión en el Sisbén y tercera edad, casas para 175 vendedores, becas para estudio y hasta una escuela y lógicamente, no estamos en condiciones de responder a esas exigencias.
En este orden de ideas, tenemos que con sus estrafalarias peticiones, los vendedores ambulantes han cerrado la puerta de la concertación, a la disposición que ha mostrado la alcaldía de Pasto de negociar, lo que se constituye en una situación delicada.
En efecto, ante la perentoria necesidad de despejar el espacio público, a la administración municipal, no le queda otro recurso que reanudar los operativos de control, tal como se hizo hace algunas semanas, en tanto se espera la decisión de un juez en torno a una acción popular en curso.
Afirmó el alcalde que ante las circunstancias que se están presentando, la única alternativa que queda es proceder con los operativos, ya que es el momento de recuperar el orden y garantizar el uso adecuado del espacio público en la ciudad de Pasto.
Por lo pronto, la administración municipal, sigue abierta al diálogo, pero con argumentos razonables, ya que la consigna es ni permitir el deterioro del entorno urbano, por lo que el llamado es a la concertación.
