Aquellos que consideren la innovación como una estrategia en el desarrollo de sus negocios, no solo encontrarán una ventaja competitiva, sino que les permitirá ayudar a posicionar a su equipo y a su organización.
Hoy en día, en las compañías, hablar de innovación empresarial no solo hace referencia al manejo y aplicación de nuevas tecnologías y herramientas para el funcionamiento estructural de una organización, también se trata de alinear la eficiencia de los procesos con la capacidad del equipo de trabajo, para saber aprovechar estos recursos y enfocarlos a las acciones estratégicas que necesita el negocio en el logro de sus objetivos.
Es que la llegada del COVID-19 hizo que las organizaciones se vieran en la necesidad de ajustar su manera de trabajar, donde el cambio de hábitos, procesos y formas de interactuar, obligaron a los líderes a hacer uso de un pensamiento disruptivo e innovador, permitiendo de esta manera desarrollar nuevas formas de llegar al mercado y conectarse con las nuevas necesidades del mundo actual. Esto llevó a reorganizar modelos de negocio, productos y dinámicas de gestión que facilitaron la conexión con entornos cada vez más digitales.
La innovación debe ser pensada como “la capacidad de salir de la zona de confort, exponerse a retos nuevos y diferentes y poder en lo posible, tener una mirada con apertura a lo desconocido y así desarrollar una visión de negocio para no quedarse solo en responder a una necesidad funcional” afirma Jorge Matiz, socio director de la firma Talengo. Por lo tanto, los líderes que consideren la innovación como una estrategia en el desarrollo de sus negocios, no solo encontrarán una ventaja competitiva, sino que les permitirá ayudar a posicionar a su equipo y a su organización.
En la firma recomiendan anticiparse a las dinámicas del mercado para así estar en la capacidad de responder de forma oportuna a los cambios de hábitos, necesidades, y formas de llegar a los clientes, entre otros.
Desde otro punto de vista, además de una visión a futuro y experimentación, la diversidad también es fundamental para desarrollar una estrategia innovadora y creativa. Claudia Londoño, directora de consultoría de la compañá, afirma que “una gran base de la innovación es la capacidad de ver las situaciones desde diferentes puntos de vista y de capitalizar las inteligencias colectivas, porque cuando se tienen diferencias de género, cultura y generación, la capacidad de innovar se ve impactada”.
Es fundamental promover un equipo de trabajo diverso y visionario, que solo se puede lograr a través de la cultura de la innovación. Promover esta cultura es ir más allá de innovar en un producto o un negocio, se debe pensar en ofertas de valor únicas que realmente aporten al contexto y coyuntura global, “más que innovar por innovar, las organizaciones deben mantenerse siempre con un valor único frente a las nuevas tendencias y cambios orgánicos que traen las sociedades”.
Al conocer el impacto que tiene la creatividad y la innovación en las empresas, en Talengo recomiendan a todos los líderes de las compañías a innovar creando ofertas de valor útiles tanto para los clientes y público externos, como para los equipos de trabajos internos, es decir, estar en constante cuestionamiento sobre cómo se puede ser más ágil, más efectivo y más competitivo.