Los plátanos son una de las frutas más comunes del planeta, pero esconden un detalle fascinante: producen una cantidad diminuta de antimateria. Esto ocurre porque contienen potasio, un elemento esencial para la vida. Una parte muy pequeña del potasio natural está formada por un isótopo radiactivo llamado potasio-40. Ese isótopo se desintegra de forma espontánea mediante distintos procesos, y uno de ellos puede generar un positrón, que es la versión de antimateria del electrón.Cuando un positrón aparece, no viaja lejos. En una fracción de segundo se encuentra con un electrón del entorno y ambos se aniquilan, liberando energía en forma de dos pequeños destellos de radiación gamma. Es un proceso perfectamente natural y ocurre en nuestro propio cuerpo, ya que también tenemos potasio-40 en los tejidos. La cantidad emitida es tan baja que no representa ningún riesgo; de hecho, la radiación que produce un plátano es tan mínima que se usa como referencia informal para comparar niveles de radiación ambiental.Este fenómeno recuerda que la radiactividad no es necesariamente algo extraño o peligroso: forma parte de la química y la física de la naturaleza.

