Melena Botticelli, la tendencia renacentista para los cabellos largos más repetida entre celebs

La Met Gala fue su máximo expositor, sin embargo, las larguísimas y onduladas melenas de moda son una firme tendencia que bebe del Renacimiento y de los prerrafaelitas

ienaventurados los que ven la historia del arte como una carrera sin futuro. Cuando la falta de ideas de la industria de la moda cierne sus ojos sobre uno de los periodos históricos más ricos del arte, asistimos al curioso resurgir de estilismos que ya inspiraron a genios de la pintura hace siglos.

La figura del trendsetter asesora a celebrities o diseñadores de moda para apostar por un estilismo, la inspiración no es fruto de una musa que susurre a su oído tendencias, a menudo es resultado de una labor de investigación larga y meticulosa.

Cuando en la pasada Met Gala, no fueron una ni dos las celebrities que acompañaron sus mejores galas con sendas melenas de longitud XXL, repletas de ondas deshechas, la labor del trendsetter estaba hecha, había nacido una tendencia beauty.

Pero más allá de las melenas de Sophie Turner, Olivia Rodrigo o la mismísima Blake Lively, no estaba el ingenio de un maestro de la peluquería, sino la evocadora pincelada de nombres propios como John William Waterhouse, John Everett, Frederic Leighton o el renacentista Sandro Botticelli.

La primera en dar la voz de alarma, señalando las melenazas como una obra de arte de la pintura era ‘Vogue’, que determinaba que la exuberante cabellera repleta de rizos, extensiones y pasadores joya de Kaia Gerber no era una vuelta a la tendencia disco de los 70-80 del siglo XX, sino un guiño de los estilistas al movimiento prerrafaelita del siglo XIX.

En el código de vestimenta de la gala del Museo Metropolitano de Nueva York, se especificaba que la estética debía inspirarse en el ‘Gilded glamour en América: Una antología de la moda’, en donde los pintores prerrafaelitas encajaban, a pesar de ser un movimiento inglés.

Las largas melenas de las protagonistas de aquellos cuadros mantenían una constante onda en zigzag, natural y deshecha, que evocaban al medievalismo. Los pintores de este periodo se sentían atraídos por las pinturas anteriores a Rafael, de ahí su nombre. Sin embargo, los medios italianos no encuentran prerrafaelismo en la melena de Phoebe Dynevon o Adwoa Aboah, sino en un pintor coetáneo del renacentista, el también celebérrimo Sandro Botticelli.