El conjunto Embajador sigue dando tumbos como un ciego errante y malherido. Esta vez empató como visitante contra Envigado (1-1).
Por parte de Envigado, el encargado de abrir el marcador fue Luis Ángel Cuesta al minuto 14. Posteriormente, David. M. Silva, el capitán de Millonarios empató el encuentro.
La mala racha de Millonarios parece no tener fin. Los muchachos de Alberto Gamero no han visto la luz de la victoria hace varias fechas y la derrota se ha convertido en un visitante que no quiere irse. Sin embargo, la hinchada los respalda.

La principal pregunta es ¿qué pasa?, ¿por qué no ganan?
Son muchas las respuestas y las interpretaciones que se pueden ofrecer. Por un lado, ha faltado efectividad a la hora de traducir las ocasiones de goles en resultados positivos. Por otra parte, no se puede olvidar que son once contra once, es decir, Millonarios no solo pierde porque cometa errores o porque no cumpla con las estrategias planteadas por Gamero.
Son once contra once. También hay un rival, que busca vencer, que también tiene piernas y ataca y se defiende. Aunque los rivales de Millonarios de las fechas más recientes no han sido los más peligrosos de la Liga colombiana: Once Caldas, Patriotas, La Equidad.
Pero así es el fútbol. Aunque un equipo sea superior a otro, eso no implica que la victoria esté asegurada.
Otros conjuntos que están pasando por un mal momento son Atlético Nacional y Junior; de estos dos, el primero es que experimenta un caso de mayor gravedad. La hinchada de Nacional se volcó violentamente contra árbitros, técnicos y hasta contra la directiva del club. Se han registrado hechos de violencia como incendios provocados en las gradas del Atanasio, así como también amenazas de muerte. El rechazo ha sido tan alto que prácticamente forzaron la renuncia de Jhon Bodmer.
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La hinchada los respalda
En cambio, la hinchada azul se ha mostrado más comprensiva, más generosa, más amable. Antes que enloquecer y criticar severamente el trabajo tanto de Gamero como el de sus jugadores, han optado por una actitud más sana y positiva desde la cual respaldan a todo el equipo a través de mensajes de esperanza y confianza en redes sociales e incluso cánticos en el estadio luego de perder.
Quizás esa es una lección que otras fanaticadas menos tolerantes deberían aprender y aplicar. Todo el mundo espera que su equipo gane. Pero también debe entenderse que no siempre será así y es allí cuando sale a relucir la fortaleza que tengan los seguidores.