En entrevista exclusiva para HSBnoticias la talentosísima y brillante Luna Vera, gestora cultural y experta en Historia, nos ha iluminado gratamente sobre cuáles han sido algunas de las mujeres colombianas que cambiaron la historia y que fueron invisibilizadas por el patriarcado.
Todo esto en el marco del Día Internacional de la Mujer, celebrado cada 8 de marzo, para recordar la lucha de género y destacar los derechos y libertades alcanzadas hasta el momento.
En ese sentido, Luna Vera, nos brindó una cátedra de historia femenina en Colombia, rememorando algunos de los nombres más importantes, entre ellos los de las incansables: María Cano, Virginia Gutiérrez y Débora Arango.
Personajes cuya vida y obra cambió el curso de la historia del país, ampliando la imagen de la mujer dentro del panorama cultural, político y social; acortando las brechas entre los géneros y sobre todo, reivindicando las libertades de la mujer en los ejes de una sociedad machista, clasista, racista y patriarcal. Una sociedad donde la mujer siempre ha estado relegada a un segundo lugar, carente de relevancia, sin voz.
La mujer anónima y universal
Cabe destacar que son muchos, pero muchos los nombres que la historia ha olvidado, de mujeres cuya existencia y labor transformaron el devenir de la sociedad. Rescatar esa memoria perdida es una tarea fundamental para el investigador contemporáneo y sobre todo para aquellos que deseen fundar una consciencia plena de la mujer en la historia colombiana.
Además, (y aunque podría sonar cliché) es importante aclarar que día de la mujer es todos los días. Y que no solamente es valiosa la memoria de las heroínas, de las grandes figuras culturales, patrióticas, de los personajes emblemáticos de la sociedad colombiana, sino también la totalidad, la suma. Cada una de las mujeres, su vida personal, íntima y secreta, sus victorias anónimas, sus triunfos compartidos en el círculo familiar, la mujer de todos los días, esa despierta a las 3 de la mañana para preparar el almuerzo y sale a las 4 (porque a partir de las 5 el trancón hace que el tráfico sea imposible) y cruza la ciudad de polo a polo para llegar al trabajo y luego en la noche lo mismo, y lo hace todo con una gracia infinita, con una determinación heroica, cabal, incorruptible.
La mujer es un espíritu invaluable
El mundo será otro (definitivamente mejor) cuando se destaque el trabajo no solo de aquellas figuras que aparecen en las enciclopedias o en los diccionarios biográficos, bibliográficos, no; sino cuando se resalte el valor individual de cada mujer. Cuando se entienda que cada una es un espíritu invaluable cuya existencia, por más anónima y secreta que sea, es vital para todo el universo.
La mujer es más que simplemente un útero (y ya un útero es de por sí una complejidad de naturaleza trascendental). La mujer es más, mucho más. Es algo tan «más allá de todo» que el simple hecho de intentar definirla resulta irrisorio. No es posible, por muchas razones. Pero fundamentalmente porque cada mujer es un universo independiente, con sus propios detalles, con sus propios elementos.
El concepto de mujer es un imposible
Para ejemplificar mejor mi idea acudiré a la poesía. Porque siento que el conocimiento de lo femenino es muy parecido al conocimiento de la poesía (no en un sentido cursi o romanticón) sino en el sentido de que uno solo llega a la poesía a través de atisbos, de pequeños tanteos, de ligeras iluminaciones que muchas veces acaban por dejarnos ciegos. Qué quiero decir con esto. Quiero decir que así ocurre también con la mujer: es imposible comprender TODA la mujer, el conocimiento de lo femenino es algo a lo que solo podemos acceder por partes, por fragmentos, segmentos de una luz intensa, profundidades apenas sospechadas.
Primero, un poema francés del siglo XIX de Víctor Hugo, titulado «el hombre y la mujer»:
El hombre es la más elevada de las criaturas;
La mujer es el más sublime de los ideales.
Dios hizo para el hombre un trono;
Para la mujer un altar.
El trono exalta,
El altar santifica.
El hombre es cerebro,
La mujer es corazón.
El cerebro fabrica la luz,
El corazón produce el amor
La luz fecunda,
El Amor resucita.
El hombre es fuerte por la razón
La mujer es invencible por las lágrimas
La razón convence
Las lágrimas conmueven.
El hombre es capaz de todos los heroísmos
La mujer de todos los martirios
El heroísmo ennoblece
el martirio sublima.
El hombre tiene la supremacía;
La mujer la preferencia.
La supremacía significa la fuerza;
La preferencia representa el derecho.
El hombre es un genio,
la mujer un ángel.
El genio es inconmensurable;
El ángel indefinible.
La aspiración del hombre es la suprema gloria;
La aspiración de la mujer, es la extrema virtud.
La gloria hace todo lo que es grande;
La virtud hace todo lo que es divino.
El hombre es Código
La mujer es Evangelio
El Código corrige
El Evangelio perfecciona.
El hombre piensa
La mujer sueña.
El pensar es tener en el cráneo una larva;
Soñar es tener en la frente una aureola.
El hombre es un océano;
La mujer es un lago.
El océano tiene la perla que adorna;
El lago, la poesía que enciende.
El hombre es el águila que vuela,
La mujer es el ruiseñor que canta.
Volar es dominar el espacio
Cantar es conquistar el alma.
El hombre es un Templo;
La mujer es el Santuario.
Delante del Templo nos descubrimos
Delante del Santuario nos arrodillamos.
En fin
El hombre está colocado donde termina la tierra..
La mujer, donde comienza el cielo
Ca Fosgari – Cristina Peri Rossi
Te amo como mi semejante
mi igual mi parecida
de esclava a esclava
parejas en la subversión
al orden domesticado.Te amo esta y otras noches
con las señas de identidad
cambiadas
como alegremente cambiamos nuestras ropas
y tu vestido es el mío
y mis sandalias son las tuyas
como mi seno
es tu seno
y tus antepasadas son las mías.Hacemos el amor incestuosamente
escandalizando a los peces
y a los buenos ciudadanos de este
y de todos los partidos.A la mañana, en el desayuno,
cuando las cosas lentamente vayan despertando
llamaré por mi nombre
y tú contestarás
alegre,
mi igual, mi hermana, mi semejante.
A continuación la entrevista con Luna Vera sobre mujeres colombianas que cambiaron la Historia:
I. Importancia del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer
II. Soledad Acosta
III. María Cano «la flor del trabajo»
IV. Virginia Gutiérrez
V. Débora Arango
VI. Teresita Gómez
VII. Deuda histórica con la Mujer
Escrito por Freddy Yance