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Una madre que no vuelve a casa, un joven motociclista que no vio la luz roja, un niño atropellado camino al colegio. Cada una de esas tragedias tiene algo en común: pudo haberse evitado. Con esa convicción, la Alcaldía de Pasto ha iniciado la instalación de cámaras de monitoreo vial que no buscan castigar, sino prevenir, educar y, sobre todo, salvar vidas.

Aunque para algunos la palabra “cámara” evoca multas, sanciones o control, esta nueva tecnología tiene un enfoque diferente. Las cámaras no están diseñadas para cazar conductores que no tengan la revisión técnico-mecánica o el SOAT al día. Su verdadero propósito es reducir los comportamientos que más cuestan vidas: exceso de velocidad, cruce en rojo, giros prohibidos y maniobras peligrosas.

“Queremos que estas cámaras se conviertan en un recordatorio constante de que el respeto por las normas salva vidas. No es un tema de papeles, es un tema de conciencia”, explica la Secretaría de Tránsito y Transporte. Las primeras unidades están siendo instaladas en corredores críticos de la ciudad, especialmente en zonas escolares, intersecciones de alto flujo y avenidas con antecedentes de siniestralidad.

La evidencia en otras ciudades es contundente: donde hay cámaras bien ubicadas y bien informadas, disminuyen los accidentes graves hasta en un 50%. Y no se trata solo de cifras: son personas que llegan a casa, familias que no deben vestir de negro, futuros que no se truncan en un cruce.

“No queremos más víctimas por imprudencia. No se trata de multar, se trata de evitar que Pasto se siga vistiendo de luto por causas que son prevenibles”, afirmó el alcalde durante la socialización del proyecto con líderes comunitarios y estudiantes.

La instalación de las cámaras estará acompañada de campañas de educación vial, señalización clara y socialización barrial. Las imágenes captadas también permitirán evaluar el comportamiento vial y adaptar estrategias de movilidad a las necesidades reales de la ciudad.

Este proyecto representa un cambio cultural. Un llamado a que los ciudadanos dejen de ver las normas como una imposición y empiecen a entenderlas como un pacto de cuidado colectivo.

Porque la seguridad vial no se logra con sanciones, sino con responsabilidad.
Y en ese camino, las cámaras pueden ser los ojos que ayudan a cuidar lo más importante: la vida.