El secretario general de la ONU reconoció que está dispuesta a movilizar la totalidad de sus recursos humanos y logísticos para salvar a la gente en Mariúpol.
Día 63 de la invasión de Rusia a Ucrania. La visita del secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres, a Moscú estuvo marcada por las discrepancias con el presidente, Vladimir Putin y el canciller Serguei Lavrov.
Durante en el encuentro que fue transmitido en directo, como es habitual, el comienzo del encuentro por el canal noticioso de la televisión pública rusa, Rossiya-24, quedó claro que las posiciones del anfitrión y del huésped son antagónicas.
El jefe de la ONU, Antonio Guterres, expresó su preocupación por las “persistentes informaciones de violaciones del derecho humanitario internacional y de posibles crímenes de guerra”, hechos que, subrayó, “requieren una investigación independiente”.
Guterres abogó por crear corredores humanitarios seguros con un alto el fuego para garantizar que sean realmente efectivos y poder evacuar a los civiles, y ofreció “movilizar todos los recursos humanos y logísticos de la ONU para ayudar a salvar vidas en Mariupol”.
Insistió en “la urgente necesidad de minimizar el sufrimiento de la gente” y propuso instaurar un “grupo trilateral con representantes de Rusia, Ucrania y la ONU” con el fin de coordinar la apertura de corredores humanitarios porque, enfatizó, unos y otros
Putin quiso ser amable al destacar la importancia de la ONU y agregó que Rusia en su quehacer internacional siempre actúa con apego a la Carta de Naciones Unidos, pero Guterres respondió que “violar la integridad territorial de un país soberano es, para la ONU, una invasión que no se corresponde con los principios del derecho internacional”.
El presidente de Rusia aceptó que la situación en esa ciudad es “difícil, incluso trágica”, pero aseveró que “ya fue liberada y no hay combates ahí”. Agregó que “en lo que respecta a los militares ucranios y los combatientes de los batallones nacionalistas bloqueados que se esconden en el territorio de (la planta metalúrgica) Azovstal, el régimen de Kiev debe asumir la responsabilidad política, y por simple compasión, ordenarles deponer las armas”.
Putin comentó que eso mismo le hizo saber al presidente turco, Recep Tayyik Erdogan, cuando éste le llamó por teléfono la mañana de ayer para expresarle su preocupación por Mariupol, conversación en la cual el mandatario ruso prometió, según el servicio de prensa del Kremlin.
El jefe de la ONU viajará a Kiev para hablar con el presidente ucranio, Volodymir Zelensky, sobre las condiciones rusas para declarar un alto el fuego y establecer corredores humanitarios.