El juez segundo penal municipal de Sincelejo ordenó en la tarde de este jueves 23 de febrero la libertad del mayor Cristian Alberto Betancourt Salamanca, detenido por ser presunto partícipe de uno de los homicidios que más ha impactado a Colombia: la masacre de Chochó, en la que perdieron la vida los jóvenes Jesús Díaz, José Arévalo y Carlos Ibáñez.
Esta decisión se tomó luego de que, según el magistrado, la Fiscalía no demostrara en las audiencias de presentación que el mayor Betancourt estuviera implicado en la detención ilegal de los muchachos, y en la serie de torturas a las que fueron expuestos antes de ser ultimados con armas de fuego.
La fiscalía presentó una serie de pruebas que fueron desestimadas por el juez, por ejemplo, la del momento en que supuestamente el mayor se encontraba en el lugar de los hechos cuando se cometió el crimen. Esta evidencia, en opinión del juez no era del todo clara, ya que existen grabaciones de las cámaras de seguridad del comando policial, en las que se ve al uniformado salir cuando los jóvenes ya habían sido detenidos y torturados.
“Hay contradicciones entre la salida del Comando y la llegada al denominado Cruce de la Muerte, en Chochó. A la hora en la que se cometían las lesiones el imputado no había llegado al sitio”, recalcó el juez, según lo citan en El Heraldo.
Las declaraciones de dos civiles, una de ellas hermana de una de las víctimas, también beneficiaron en gran medida al acusado. Al parecer, la mujer había dicho que en el momento de la detención de los jóvenes había visto vehículos blancos con logotipos policiales, pero, según las pruebas, ese día el mayor conducía una furgoneta de otro color.
El fiscal del caso y los representantes de las víctimas anunciaron que apelarán la decisión del juez, advirtiendo que el mayor, aunque no hubiera podido participar en el triple homicidio, tuvo que evitar que los jóvenes perdieran la vida.
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