Una historia de creatividad, unión familiar y conciencia ambiental se vivió recientemente en Mercaderes, Cauca, durante el concurso nacional “Reinando con Reciclaje”, evento que premia las mejores creaciones artísticas elaboradas con materiales reutilizables.
Desde el municipio de La Unión, Nariño, llegaron Samantha Guzmán Sánchez y su padre Arte Guzmán, quienes sorprendieron al jurado con un vestido confeccionado completamente con botellas plásticas. Su propuesta, llena de color, ingenio y compromiso con el medioambiente, les valió el primer lugar del certamen.

El traje, bautizado como “Belleza sostenible”, fue diseñado y ensamblado durante varias semanas por padre e hija, quienes utilizaron exclusivamente materiales reciclables recolectados en su comunidad. “Queríamos demostrar que con lo que muchos consideran basura se pueden crear cosas hermosas, útiles y llenas de significado”, expresó Arte Guzmán, orgulloso del reconocimiento obtenido.

El evento reunió a participantes de distintas regiones del país, quienes presentaron obras, atuendos y esculturas fabricadas a partir de residuos sólidos. El jurado calificó la originalidad, el mensaje ambiental y el nivel de detalle en cada creación. En este aspecto, la propuesta de la familia Guzmán se destacó no solo por su impacto visual, sino también por el mensaje de educación ecológica que transmitió al público.

Por su parte, Samantha, de apenas 10 años, desfiló con entusiasmo y carisma, recibiendo aplausos del público presente. “Me sentí feliz de representar a mi tierra y demostrar que cuidar el planeta también puede ser divertido”, dijo emocionada la pequeña ganadora.

Las autoridades ambientales y culturales de Mercaderes destacaron la importancia de estas iniciativas que fomentan el arte sostenible y la participación comunitaria. Además, el concurso sirvió para crear redes entre grupos ecológicos del departamento de Nariño y del Cauca, quienes trabajan de manera conjunta para promover la cultura del reciclaje en instituciones educativas y comunidades rurales. El logro de la familia Guzmán es motivo de orgullo para los nariñenses, que ven en este premio un ejemplo de creatividad, conciencia ecológica y amor por el entorno.