Papa Francisco terminó su viaje a Hungría y esto en medio de una dura guerra entre Rusia y Ucrania. Fue en la misa multitudinaria en Budapest desde donde hizo un llamado al país abrir las puertas a los migrantes.
«Las puertas cerradas son dolorosas y contrarias a las enseñanzas de Jesús», dijo el Sumo Pontífice.
Allí se reunió con refugiados y denunció las políticas antimigratorias del gobierno ultranacionalista en cabeza de Viktor Orban.
El Primer Ministro aseguró que «no permitirá que Hungría se transforme en un país de inmigrantes» como ha pasado con otros países de Europa.
El gobierno de Orban construyó una valla de acero en la frontera con Serbia para mantener alejados a los inmigrantes.
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Qué dijo el Papa Francisco este domingo:
Durante el rezo dominical le oró a la Virgen para que proteja a los pueblos ucraniano y ruso en el día 431 de estos fuertes enfrentamientos.
«Infundan en el corazón de los pueblos y de sus dirigentes el deseo de construir la paz»
Agregó el mandatario que es muy importante dejar a las jóvenes generaciones un futuro mejor no de tumbas ni muros.
El Sumo Pontífice tras pisar suelo húngaro advirtió de los peligros del creciente nacionalismo en Europa, pero lo situó en un contexto evangélico, diciendo que «las puertas cerradas son dolorosas y contrarias a las enseñanzas de Jesús».
Con 86 años y con complicaciones de salud recalcó que «no se puede ser indiferentes a los desfavorecidos ni excluyentes» con los pobres y los migrantes.
El Sumo Pontífice manifestó que «los inmigrantes que se escapan de la pobreza deben ser acogidos e integrados y ya que pueden enriquecer culturalmente a los países a los que llegan e impulsar la población europea»