Avances destacables

Terapia con células madre en fase III
La empresa Bayer, mediante su subsidiaria BlueRock, ha llevado una terapia experimental con células madre al ensayo clínico fase III. El tratamiento transforma células humanas en neuronas productoras de dopamina, con el objetivo de restaurar redes neuronales deterioradas por la enfermedad. Aunque aún faltan años para su aprobación y comercialización, este avance representa un paso importante hacia terapias regenerativas.

Terapia genética (gene therapy)
Nuevas estrategias genéticas buscan corregir genes implicados en Parkinson o introducir factores protectores. Un ejemplo es el uso de vectores virales para entregar genes que ayuden en la producción de dopamina o en la protección de neuronas vulnerables. Ensayos en curso analizan el gen GBA y otros.

Estimulación cerebral profunda adaptativa (aDBS)
La estimulación cerebral profunda adaptativa ajusta los impulsos eléctricos al cerebro en tiempo real, basándose en señales fisiológicas. Esto mejora el control de temblores, rigidez y otros síntomas motores, con menor necesidad de ajustes manuales frecuentes. La FDA aprobó recientemente un dispositivo adaptativo que podría llegar también a Colombia.

Suplementos moleculares y nuevos blancos terapéuticos
Un estudio en ratones de la Universidad de Sydney mostró que restaurar la función de la proteína SOD1 (mal plegada en Parkinson) mediante un suplemento de cobre permitió revertir algunos síntomas motores. Esto sugiere que corregir disfunciones proteicas podría ser clave para tratamientos futuros.

Anticuerpos contra agregados proteicos
Prasinezumab, un anticuerpo monoclonal que se dirige a α-sinucleína, está en desarrollo para etapas tempranas de Parkinson, con resultados preliminares prometedores en alargar el tiempo libre de progresión motora en ciertos pacientes.

Lo que aún falta y los retos

Muchos de estos tratamientos están en fases tempranas de prueba (fase I-II), por lo que falta demostrar eficacia y seguridad en grandes poblaciones y a largo plazo.

Los costos de desarrollo, la complejidad de la entrega de terapias celulares o genéticas, y la infraestructura necesaria para aplicar técnicas como DBS adaptativo o trasplante de células, suponen barreras importantes.