El estado de salud de José “Pepe” Mujica, expresidente de Uruguay y referente político a nivel regional, ha sido reportado como grave debido al avance de un cáncer de esófago con metástasis en el hígado. El diagnóstico fue revelado a comienzos de este año, y desde entonces, el exmandatario ha optado por no seguir con tratamientos oncológicos, priorizando el bienestar y la tranquilidad durante esta etapa final.
José “Pepe” Mujica, expresidente de Uruguay y figura icónica de la izquierda latinoamericana, se encuentra atravesando una etapa terminal debido a un cáncer de esófago con metástasis en el hígado. El diagnóstico fue confirmado a comienzos de 2025 y, por decisión propia, el tratamiento oncológico fue suspendido.
Actualmente, Mujica permanece en su chacra, ubicada a las afueras de Montevideo, donde recibe cuidados paliativos y está acompañado por su esposa, Lucía Topolansky. Su salud ha sido monitoreada de cerca por un equipo médico, y se prioriza que transite esta etapa con serenidad y sin dolor. La situación ha sido comunicada públicamente por Topolansky, quien destacó que ya no se esperan mejoras y que el objetivo es mantener su bienestar.
El pasado 11 de mayo, por primera vez desde el retorno de la democracia, Mujica no participó en una jornada electoral. Su ausencia fue notada en las elecciones departamentales, donde tradicionalmente ejercía su derecho al voto. A pesar de su retiro político, su figura sigue siendo valorada por dirigentes como el presidente Yamandú Orsi, quien aún lo considera una fuente de inspiración.
En varias declaraciones recientes, Mujica expresó su deseo de cumplir 90 años el próximo 20 de mayo, aunque reconoció que su ciclo vital está llegando a su fin. Su decisión de afrontar esta etapa sin intervenciones agresivas ha sido entendida como una muestra más de su coherencia personal.
Su legado político y humano continúa siendo admirado dentro y fuera de Uruguay. Aún en su silencio, su presencia marca un capítulo final cargado de respeto, gratitud y reconocimiento.