El mandatario afirmó que el hundimiento de la reforma laboral marcaría una ruptura entre el Congreso y el Gobierno. Su reacción se dio luego de que ocho senadores de la Comisión Séptima radicaran una ponencia para archivar el proyecto.
A través de su cuenta de X, el mandatario expresó que «no debatir es acabar la democracia» y denunció un «bloqueo institucional al cambio».
La respuesta del Congreso no tardó. El presidente del Senado, Efraín Cepeda, le exigió respeto a la autonomía legislativa y advirtió que una ruptura institucional no está contemplada en la Constitución.
Por su parte, la representante Jennifer Pedraza lamentó la decisión, asegurando que con la reforma se perdían derechos laborales clave. Mientras tanto, el presidente de Fenalco, Jaime Alberto Cabal, respaldó el hundimiento, calificando el proyecto de inconstitucional.
La reforma laboral se perfilaba como una de las principales apuestas del Gobierno, pero su archivo deja en evidencia las tensiones crecientes entre el Ejecutivo y el Legislativo.

