En un acto sin precedentes, las Iglesias Cristianas de Colombia levantaron su voz en rotundo rechazo al supuesto pastor Alfredo Saade Vergel. Conforme a lo que alegan, el Pastor Saade ha sido erróneamente considerado como vocero del Gobierno Nacional.
La iniciativa, encabezada por la Concejal Clara Lucía Sandoval, también es respaldada por concejales cristianos. Además, recibe el apoyo de diversas asociaciones de pastores. De esta forma, ha dado lugar a una carta que será presentada al Presidente Gustavo Petro.
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En la misiva, se destaca enfáticamente que Alfredo Saade Vergel «nunca ha recibido vocería, no es reconocido como digno representante y ni siquiera es considerado miembro de la Comunidad Cristiana Protestante«. Este rechazo unánime refleja la postura firme de la comunidad cristiana ante la presunta inclusión de Saade Vergel como interlocutor oficial del Gobierno.
Desde el año pasado, la Concejal Clara Lucía Sandoval ha liderado esta cruzada en defensa de la integridad y representación legítima de la comunidad cristiana. Su compromiso se ha traducido en la recopilación de firmas de concejales. Todos están comprometidos con esta causa, entre ellos Emel Rojas, Marco Acosta, Daniel Briceño y Andrés Barrios.
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Asociaciones emblemáticas están en desacuerdo con el cargo del Pastor Saade
La carta cuenta con el respaldo de asociaciones de gran renombre en el ámbito cristiano. Entre ellos, destaca la Confederación Evangélica de Colombia (CEDECOL) y la Asociación de Ministros del Evangelio de Colombia (ADME). Estas destacadas agrupaciones representan a cientos de pastores. Ellos están distribuidos en diversas regiones del país. Además de eso, están en desacuerdo con la decisión presidencial que asigna como vocero al Pastor Saade.


Con esta acción colectiva, las Iglesias Cristianas de Colombia instan al Gobierno Nacional a rectificar la supuesta designación de Alfredo Saade Vergel como vocero, subrayando la importancia de un diálogo respetuoso y genuino con líderes cristianos debidamente reconocidos por la comunidad.
La comunidad cristiana espera que esta carta sirva como un punto de partida para el diálogo constructivo y la salvaguarda del respeto y la representatividad de sus líderes en el ámbito gubernamental.