El gobierno de Estados Unidos analiza brindar ayuda financiera a Argentina a través de un swap de monedas por US$20.000 millones, según confirmó el secretario del Tesoro, Scott Bessent. Esta medida no implica un desembolso directo de dinero, sino una línea de crédito contingente que puede activarse en caso de necesidad. Mientras tanto, los equipos económicos de ambos países negocian los términos del acuerdo y el presidente Javier Milei planea una nueva visita a Washington para reunirse con Donald Trump.

El contexto económico de Argentina es crítico: falta de dólares en las reservas, pérdida de confianza en los mercados internacionales y el incumplimiento de compromisos asumidos con el FMI, como la acumulación de divisas. A esto se suma la desaceleración económica, las altas tasas de interés y salarios deprimidos, en vísperas de unas elecciones legislativas claves el próximo 26 de octubre. Por ello, el swap se presenta como un salvavidas urgente para la gestión de Milei.

El swap de divisas es un mecanismo financiero mediante el cual dos bancos centrales intercambian monedas por un tiempo determinado y a una tasa pactada. Aunque no es un préstamo tradicional, en la práctica funciona como una línea de crédito que puede ser utilizada en momentos de crisis. Argentina ya tiene experiencia con este tipo de acuerdos, especialmente con China, con quien mantiene desde 2009 un swap de yuanes, renovado en abril pasado.

No obstante, el swap con EE.UU. despierta dudas sobre las condiciones que Trump podría imponer a cambio de la ayuda. Analistas señalan que, con su estilo transaccional, es poco probable que no busque beneficios políticos o económicos. La situación es sensible también en EE.UU., donde el gobierno de Trump enfrenta críticas internas por la propuesta, en medio de un cierre parcial de agencias federales y el descontento de agricultores afectados por aranceles.

Pese a la controversia, el Tesoro estadounidense sostiene que el acuerdo no representa un gasto directo de dinero público y subraya la importancia de Argentina como aliado estratégico en la región. Bessent destacó el liderazgo de Milei, a quien calificó como un «faro en América Latina» frente a gobiernos de izquierda, y confió en que su partido tendrá buenos resultados en las elecciones legislativas. Este respaldo marca un contraste con la postura más dura de Trump hacia otros países, como Brasil.

Por John Daza