— Moda femenina: negro, transparencias y contrastes fuertes
El negro fue el color protagonista absoluto en muchos de los looks femeninos: vestidos de tul, encajes, lentejuelas, transparencias y bordados. Esa paleta, lejos de ser aburrida, estuvo reinterpretada con sensualidad, elegancia y dramatismo. infobae+1
Pero no todo fue negro: hubo también apuestas al blanco, al rojo, al fucsia, al violeta satinado. Estos colores más vibrantes rompieron con la monocromía e introdujeron contrastes llamativos en la gala. infobae+1
Según el diseñador entrevistado en la nota —Marcelo Senra— ese uso del negro con transparencia “insinúa más que mostrar”, una apuesta más elegante y sofisticada que la exposición directa. infobae
— Moda masculina: elegancia clásica con guiños modernos
Los hombres apostaron casi por completo a lo tradicional: esmoquin o traje —negros, azul profundo, grises— combinados muchas veces con moño, camisa blanca y zapatos lustrados. Esa sobriedad se vio como un sello clásico de elegancia. infobae+1
Pero también se asomaron toques de estilo personal: algunos usaron chaquetas de cuero, sacos con detalles, corbatas distintas o prendas informales, evidenciando que el traje puede adaptarse al estilo propio. infobae+1
✅ Qué significa en términos de tendencias
El negro sigue siendo un comodín poderoso en eventos formales: con buen corte, texturas variadas y transparencias, puede transmitir elegancia, sofisticación y sensualidad a la vez.
Pero el uso de colores vibrantes —rojo, fucsia, violeta, blanco brillante— demuestra que romper con los clásicos también está bien: aporta frescura, individualidad y rompe con la uniformidad.
Para los hombres, el traje clásico sigue vigente, pero con espacio para reinterpretaciones personales: mezcla de formalidad con toques propios.