Popayán fue el escenario del cierre del proyecto “Raíces, Mujeres Sembradoras del Cambio”, una iniciativa internacional que fortaleció el liderazgo, la autonomía económica y la participación de mujeres rurales en el suroccidente colombiano.

Con el evento Comunidad de Práctica: Cosechando saberes y prácticas para la autonomía económica de las mujeres rurales, se celebró la culminación de más de tres años de trabajo impulsado por ONU Mujeres, con el apoyo de KOICA, el Gobierno de Colombia y el UNFPA.

Tres años sembrando cambio

El proyecto benefició directamente a más de 330 mujeres rurales en los municipios de Buenos Aires, Caldono y Piendamó, fortaleciendo su liderazgo comunitario, su capacidad productiva y su rol en la sostenibilidad ambiental y la construcción de paz. Además, generó redes de apoyo entre mujeres que hoy lideran procesos de economía solidaria, producción agroecológica y comercialización local.

El proceso también logró capacitar a más de 500 servidores públicos en temas de planeación y presupuestación con enfoque de género, y permitió el registro de cerca de 100 proyectos en el Trazador Presupuestal para la Equidad de las Mujeres, herramienta que garantiza que los recursos públicos lleguen a programas que promuevan la igualdad y la autonomía femenina.

Voces que transforman territorios

Diana Espinosa, representante adjunta encargada (A.I.E.) de ONU Mujeres en Colombia, destacó que este esfuerzo demuestra cómo los territorios pueden avanzar hacia la equidad:

“El compromiso local con los derechos de las mujeres ha sido fundamental. A través de acciones concretas como el trazador presupuestal, se asignan recursos reales para el desarrollo económico, social y político de las mujeres.”

Por su parte, Noemí Popó, representante legal de la Asociación de Mujeres para un Mejor Porvenir, expresó que el proyecto Raíces fue una oportunidad para crecer en colectivo:

“Nos ha permitido unirnos, escucharnos y apoyarnos entre mujeres. Hoy sabemos a dónde acudir, cómo defender nuestros derechos y cómo acompañar a nuestras compañeras en sus procesos.”

Este cierre no marca un final, sino una nueva etapa para las mujeres rurales del Cauca, que continúan tejiendo redes de sororidad y liderazgo desde sus territorios. Raíces deja sembrado un legado de autonomía, sostenibilidad y transformación social que florece en cada mujer que decidió creer en su poder y en el de su comunidad.