Sadio Mané, estrella del fútbol senegalés, ha convertido su éxito deportivo en una fuerza de cambio para su pueblo natal, Bambali. En lugar de acumular lujos, decidió invertir en su comunidad, reconstruyéndola desde sus cimientos.Ha financiado la construcción de un hospital, una escuela, una oficina de correos, una gasolinera, un estadio y una red 4G para mejorar la conectividad. Además, entrega 70 euros mensuales a cada residente, como apoyo directo para mejorar su calidad de vida.Su gesto va más allá del deporte: es un acto de compromiso social profundo. Mané ha demostrado que la verdadera grandeza no está solo en los goles, sino en usar la fama para sembrar esperanza.

Por Oscar Paz