En Pueblo Nuevo, la transformación del Skate Park dejó de ser un sueño y se convirtió en un símbolo vivo de unión y resistencia ciudadana. Durante años, este escenario deportivo fue blanco de personas de mala reputación que lo usaban para actividades ilícitas, generando miedo, desorden y afectando la convivencia de cientos de familias que anhelaban un lugar sano para sus hijos. Sin embargo, la historia cambió gracias a una intervención que parecía imposible.

Durante dos meses, la Policía Nacional, a través del Grupo de Policía Comunitaria, lideró un trabajo incansable de limpieza, embellecimiento y recuperación total del parque. La comunidad se unió al proceso, guiada por la presidenta de la Junta de Acción Comunal, María Yiset Tobar Borja, una lideresa que se negó a permitir que el parque siguiera bajo el control de quienes hacían daño. Ella insistió en devolverles a los jóvenes un espacio digno para practicar deporte y compartir en paz.

El ruido de las llantas sobre el pavimento, las tablas chocando con fuerza contra el suelo y la risa de los deportistas volvieron a ser constantes. La estrategia policial se centró en la cercanía, la empatía y el trabajo de mano con los vecinos, ganándose de nuevo su confianza. Ese esfuerzo logró espantar a los vándalos y devolver la tranquilidad.

El Coronel Diego Edixon Mora Muñoz resaltó que este logro demuestra que cuando la Policía y la comunidad se unen, los espacios públicos renacen como territorios seguros para todos.