Nos han quedado sonando bastante, las palabras de la directora de la Misión de Observación Electoral MOE, Alejandra Barrios, en el sentido de que sí las elecciones fueran hoy habría varias zonas de Colombia, donde no se podrían realizar a consecuencia de las graves situaciones de orden público que se afrontan en esas regiones.
Precisamente, una de esas regiones, es el departamento de Nariño, en sectores como Cumbitara y varios municipios de la costa Pacífica, donde las acciones de los grupos alzados en armas, como la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional Eln y las disidencias de las Farc, no cesan.
La verdad es que el panorama preelectoral en Nariño, nos preocupa bastante e igualmente, nos mueven a varios interrogantes. ¿Qué pasó con los promocionados diálogos regionales por parte del gobernador Luis Alfonso Escobar, que supuestamente iban a convertir a nuestro departamento en un remanso de paz? Por lo que estamos viendo, todo apunta a que esto también fue un fracaso total, al igual como ha ocurrido en el mismo plano con el Gobierno Nacional.
De esta manera, tenemos que, al menos en estos momentos, todos los episodios que se están presentando en gran parte de la geografía nacional, impedirían que al menos se pudieran llevar a cabo unas elecciones transparentes. En ese sentido, tenemos que las alertas tempranas de la misma MOE y del Consejo Nacional Electoral CNE, muestran que ya se están presentando episodios de intimidación y amenazas, lo que indica con claridad que por ahora, no se avizora un buen futuro para las elecciones legislativas al Congreso (Senado y Cámara de Representantes) y los comicios presidenciales, procesos democráticos, que pesar de que se realizarán el próximo año, se puede decir que están a la vuelta de la esquina.
En ese orden de ideas tenemos que en territorios como Nariño, el Cauca, el Urabá, Chocó, Antioquia, Guaviare, Putumayo, la realización normal de los comicios sería un verdadero reto. Y, ni que decir, del Catatumbo, donde lo que se dice es que, se registran combates todos los días.
Atentados con carrobombas en contra de las estaciones de Policía, hechos de extrema violencia, que ahora se han trasladado a los municipios que se ubican en la vía Panamericana, combates y constantes atentados contra los integrantes de la Fuerza Pública, han caracterizado estos días en diversas partes de Colombia, lo que nos demuestra que estamos padeciendo una espantosa violencia, que hace rato hizo que las cosas pasaran de castaño a oscuro.
También es alarmante saber que en medio de tantos grupos armados, es evidente un fortalecimiento del Clan del Golfo, en numerosas regiones del país, organización que inclusive a sacado de sus territorios a la guerrilla del Eln, al igual que a las disidencias de las Farc.
Entonces, lo que estamos viendo es un clímax de violencia, como hacia muchos años no se veía en el país, donde la guerra de los grupos armados ilegales, no solo es contra el Ejército Nacional, sino entre las mismas organizaciones ilegales, en disputa de territorio para actividades del narcotráfico y la minería ilegal.
Con todos esos antecedentes, de manera obligada le tenemos que dar la razón a quienes hoy, afirman que si las elecciones fueran hoy, tendrían que ser aplazadas en varias zonas, ante la falta absoluta de garantías. Así están las cosas mientras que el Gobierno Nacional insiste en su política de paz total, convertida ahora en guerra total.
