El estado de la vía Florencia–Suaza es un reflejo del abandono que golpea al Caquetá. Pese a ser el principal corredor de conexión con el interior del país, la carretera presenta baches, huecos y tramos que parecen de una trocha terciaria. La falta de señalización horizontal agrava el peligro, especialmente en días de neblina, cuando transitar por allí se convierte en un verdadero acto de supervivencia.
Por esta carretera circulan los productos ganaderos, lecheros y queseros que sostienen buena parte de la economía regional. Sin embargo, el pésimo estado de la vía incrementa los costos de transporte, encarece los fletes y golpea directamente los bolsillos de los productores campesinos. Cada kilómetro deteriorado es un obstáculo para la competitividad y un freno al desarrollo económico de la región.
Derrumbes
A los huecos se suman los constantes derrumbes provocados por las lluvias y la deforestación de las montañas. Viajar por este corredor es atravesar un paisaje de deslizamientos, rocas en la calzada y tramos intransitables que ponen en riesgo la vida de los conductores. La comunidad recuerda que, pese a cierres recientes, Invías no aprovechó la oportunidad para adelantar reparaciones de fondo. Hoy, la sensación general es de abandono e incomunicación.
Llamado de atención
Ante esta crítica situación, los habitantes exigen a la Secretaría de Gobierno, liderada por Anderson Galeano Suta, que realice las gestiones correspondientes y ejerza presión política para que el Gobierno Nacional e Invías asuman la responsabilidad de rehabilitar esta vía. La comunidad reclama que se deje de lado la indiferencia y se atienda de manera urgente una carretera que no solo conecta al Caquetá, sino que representa la vida económica y social de toda la región.

