La empatía hacia las personas que experimentan crisis humanitarias puede llevarnos a hacer cosas asombrosas. Pero funciona de una manera un tanto extraña. Ayudar, sí, pero ¿cómo hacerlo sin someternos a las emociones?
La empatía hacia las personas que experimentan crisis humanitarias puede llevarnos a hacer cosas asombrosas. Pero funciona de una manera un tanto extraña. Ayudar, sí, pero ¿cómo hacerlo sin someternos a las emociones?