El invierno arruinó el fin de las vacaciones de veranos y lo que obligó a los organismos de socorro a poner en marcha planes para evitar que las ráfagas de más de 108 k/hora en Kanto y Tokai.
El invierno arruinó el fin de las vacaciones de veranos y lo que obligó a los organismos de socorro a poner en marcha planes para evitar que las ráfagas de más de 108 k/hora en Kanto y Tokai.