La forma en la que manejan las personas inteligentes a las personas tóxicas dice mucho de sus habilidades psicológicas. No se dejan avasallar, saben poner límites y son conscientes del impacto que esas dinámicas desgastantes tienen en la propia salud. Así, uno de los mejores regalos que podemos hacernos es aprender a neutralizar y gestionar todas las estrategias que aplica este tipo de perfil.