Sin intervención
Donald Trump, aspirante republicano a la presidencia de Estados Unidos, descartó este jueves cualquier intención de realizar ataques militares en Venezuela, luego de las recientes tensiones diplomáticas con el gobierno de Caracas. Sin embargo, el exmandatario anunció un refuerzo significativo del poder militar estadounidense en el Caribe, una medida que busca —según dijo— “garantizar la seguridad hemisférica y frenar actividades ilícitas”.
En una rueda de prensa desde Florida, Trump aseguró que su administración, en caso de regresar a la Casa Blanca, fortalecerá la presencia naval y aérea en la región, especialmente en aguas cercanas a Puerto Rico y las Antillas. “No buscamos una guerra, buscamos orden y respeto por la libertad”, afirmó.
La declaración llega en medio de la creciente preocupación de gobiernos latinoamericanos por el aumento de maniobras militares y ejercicios conjuntos de EE. UU. en el Caribe, interpretados por algunos como señales de presión hacia los regímenes de Nicolás Maduro y Miguel Díaz-Canel.
Poder disuasivo
El Pentágono confirmó el despliegue temporal de buques de guerra y aeronaves de reconocimiento en la zona, argumentando que se trata de operaciones rutinarias contra el narcotráfico y el contrabando marítimo. Sin embargo, analistas internacionales señalaron que la decisión tiene un fuerte componente geopolítico, orientado a reafirmar la influencia de Washington en el Caribe frente a la creciente presencia de China y Rusia.
El Gobierno venezolano calificó el anuncio como una “provocación injustificada” y pidió a la comunidad internacional rechazar lo que considera “una amenaza a la soberanía regional”. Por su parte, la Casa Blanca aclaró que no hay planes de intervención y que cualquier acción militar requeriría aprobación del Congreso.
Expertos coinciden en que el mensaje de Trump busca fortalecer su discurso de seguridad y autoridad en política exterior de cara a la campaña electoral de 2026. Mientras tanto, las fuerzas estadounidenses mantienen vigilancia activa en el Caribe, donde la tensión geopolítica parece aumentar pese a los llamados diplomáticos al diálogo.

