Se necesita meterse en la piel de quienes un día dejaron de ver para siempre a sus seres queridos, para comprender el dolor y la angustia que han sufrido esas personas durante años, sin saber sí sus padres, esposos, hermanos e hijos, están vivos o muertos.
Nos referimos a una situación que reviste una especial gravedad en nuestro departamento de Nariño, donde las cifras que manejan las autoridades son de 4 mil personas, de quienes no se volvió a saber absolutamente nada, en un territorio como el nuestro que lamentablemente durante años ha sido escenario de cruentos episodios que hacen parte del conflicto armado que nos azota desde hace décadas.
De allí, que consideremos de valiosa importancia, la labor que iniciaró el coordinador territorial de la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas (UBPD), Óscar Iván Ordóñez, cuya finalidad precisamente es la de investigar con la mayor prolijidad posible, lo sucedido con esas 4 mil personas, que a pesar del tiempo que haya transcurrido siguen siendo importantes para sus familiares y allegados.
Estamos hablando de la Ruta Buscadora, una estrategia que, en nuestro departamento de Nariño, se pondrá en práctica hasta el martes 12 de agosto, cuyo objetivo principal es el de tener un contacto de primera mano con las comunidades, familiares y organizaciones sociales que en nuestra región, trabajan de manera incansable en la búsqueda de las personas desaparecidas.
Se trata de un propósito, que utilizando una expresión popular, se merece el cielo, ante la noble tarea que conlleva entregarle a sus familiares, noticias en torno a lo que ocurrió con sus seres amados, de quienes de manera intempestiva, nunca se volvió a saber qué pasó con ellos.
De allí que aplaudamos la jornada próxima a iniciarse, en desarrollo de la cual, la UBPD se acercará a las diferentes comunidades, para explicar en que consisten sus servicios y como la gente puede valerse de los mismos, para conocer lo ocurrido con sus familiares.
El número de 4 mil personas desaparecidas en el departamento de Nariño es alto y amerita la realización de estas actividades de búsqueda por parte de la organización, que según su director trabaja con episodios de desaparición ocurridos durante el conflicto armado, antes del primero de diciembre de 2016, fecha derivada del Acuerdo de Paz, que el Gobierno Nacional firmó con la guerrilla de las Farc.
De esta manera, desde mañana, los familiares de las personas desaparecidas, entreguen de manera completa, sus datos a los “buscadores”, para planificar la manera de encontrar información que sea útil para encontrar pistas e indicios, sobre lo que les ocurrió, para lo cual una de las actividades principales será la recolección de muestras genéticas, especialmente de sangre, lo que será fundamental en los procesos de comparación e identificación.
Importante y, especialmente humanitaria, esta actividad que se llevará a cabo en varios municipios del departamento de Nariño, a la cual le deseamos los mejores éxitos.
Es lo menos que podemos hacer, puesto que se trata de unas acciones, en las que se abre la esperanza de saber que pasó, con quienes seguramente a consecuencia de los avatares de la violencia, se desaparecieron en la vorágine del conflicto armado. Asesoría integral y acompañamiento tendrán quienes desde mañana y hasta el 12 de agosto, se vinculen a estas jornadas, sinónimo de esperanza en el departamento de Nariño, puesto que muy bien se dice que la esperanza es lo último que se pierde.

