Una semilla que muchos pasan por alto se ha convertido en la favorita de quienes quieren iniciar una huerta en casa: la del rabanito. Esta semilla genera brotes en tan solo 48 horas, y en cuestión de días produce hojas tiernas, comestibles y nutritivas — ideales para consumir crudas o salteadas.

Sembrar rabanito es muy sencillo: basta enterrar las semillas a poca profundidad —aproximadamente medio centímetro—, mantener la tierra húmeda sin encharcar, y colocarla bajo luz indirecta, evitando el sol fuerte del mediodía. Con este método, los primeros brotes aparecen rápidamente, lo que la convierte en una opción ideal para quienes viven en espacios pequeños o tienen poco tiempo para cultivar.

Las hojas tiernas que brotan son ricas en vitaminas —como A, C y K— y aportan un sabor suave que combina bien con ensaladas o platos salteados. Para quienes buscan una alternativa vegetal práctica, económica y veloz, el rabanito ofrece resultados en tiempo récord sin necesidad de experiencia previa.