Además, las nuevas generaciones han hecho que surja la necesidad de crear criterios éticos frente a su origen y proceso de elaboración.
En país como Colombia el vino se ha convertido en una modalidad cultural de consumo moderado, la cual se ha consolidado por hábitos sociales propios a la identidad de cada país.
Su consumo ha evolucionado, el concepto de que era algo exclusivo y costoso quedó atrás, hoy en día es uno de los protagonistas al acompañar varios platos, en Colombia hay un amplio portafolio de la variedad de vinos, para buscar que los comensales lo incluyan en su experiencia gastronómica.
Según el último informe del sector vinícola publicado por EAE Business School, se evidencia que a raíz de la pandemia varios países de Latinoamérica han venido en constante aumento en la extracción, el consumo, venta y distribución del vino en el mundo, esto lo confirma Nielsen en su último estudio, en el que afirma que en los meses de confinamiento su consumo creció un 20,3%.
Por ejemplo, Grupo Éxito revela que en Colombia el consumo de vino aumentó un 78% en los últimos años. En la actualidad en el país ha tomado mayor fuerza con la presencia de eventos como Expovinos, permitiendo a todo el público en general conocer y disfrutar de esta bebida que se ha convertido en un acompañante infaltable en cenas y ocasiones especiales.
Con la fuerza que ha tomado en los países de Latinoamérica las tendencias han marcado su avance, según el estudio del consumo del vino de EAE Business School hoy en día se evidencia que:
• La innovación será la única forma de llegar a los consumidores jóvenes, ya sea a través del marketing, el e-commerce o nuevos packaging entre otros.
• La tendencia global muestra una moderación en el consumo de alcohol, lo que dará más alas a los vinos sin alcohol o de bajo contenido alcohólico
• Los consumidores buscan vinos con historia, lo que en marketing se conoce con storytelling. La autenticidad y la historia detrás del vino tendrán cada vez más importancia en la decisión de compra.
En Colombia la presencia de este producto en tiendas, supermercados de grandes superficies y restaurantes sigue en aumento, ubicando a Bogotá y Medellín como las principales ciudades con mayor compra y venta del vino, la primera cuenta con un 45% de consumo y la segunda un 18%, según datos del Grupo Éxito.
Para la docente Gloria Vallés, de EAE Business School, y autora del informe, las nuevas generaciones han hecho que surja la necesidad de crear criterios éticos frente a su origen y proceso de elaboración del producto en la actualidad y dijo que “esta tendencia no la vemos solamente en la industria del vino sino también en otras, por lo que se estima que en un futuro seguirá consolidándose”.