En estas plazas, clientes encuentran alimentos hasta con descuentos de hasta el 10 %. Se registra una “alta visita” de ciudadanos del común a centrales mayoristas.
Ante el incremento progresivo en los valores de la mayoría de los alimentos de la canasta familiar –uno de los efectos colaterales de la inflación anual en Colombia–, familias y clientes particulares han emprendido una búsqueda de mejores precios que, además de ajustarse a su presupuesto, minimicen el impacto en el bolsillo, generado por los gastos alimenticios.
Pese a que el mercado público siempre ha sido receptor de clientes que buscan economía en diferentes tipos de productos, actualmente –además de estar recibiendo a grandes y pequeños comerciantes– está volviendo a ser una opción para las familias que desean encontrar un “alivio” económico en medio de la crisis.
Desde el mercado de Barranquilla, en el sector de la carrera 43 con calle 30, Emilice Velandia explicó los motivos por los cuales ha estado visitando la plaza pública desde hace varios meses para abastecer la despensa de su hogar.
“Noté que en los establecimientos que están cerca de mi casa el precio de algunos alimentos se duplicaba o triplicaba. Por ejemplo, un plátano lo encontraba en tiendas y almacenes de cadena cerca de los $1.500. Acá en el mercado, en promedio, los compro a $700”, argumentó.
Velandia indicó que esta visita al mercado la ha estado realizando cada 15 días, manteniendo en su lista las frutas y verduras. “Con base en los precios de acá saco un presupuesto cada dos semanas y vengo a comprar alimentos que pueda tener en la nevera durante ese tiempo, como cebolla, tomate, mazorca y algunas frutas”.
Por su parte, Víctor Hugo Cervantes, oriundo del municipio de Polonuevo, manifestó que, a pesar de que sea un proceso complejo el hecho de desplazarse hasta estos mercados, como cliente siente que “vale la pena hacerlo” para buscar mejores precios.
“Esto no es fácil, ni es algo que le guste a todo el mundo, pero la gente ha empezado a venir acá para conseguir un ahorro al momento de hacer la compra en su casa”, detalló.
No obstante, Cervantes aseguró que le ha “cogido cariño” a la experiencia de mercar en la plaza pública de Barranquilla, debido a que, además de apoyar a los vendedores informales, le rinde más su presupuesto. “En otros lugares, $400 mil pesos ya no nos alcanzaban para nada. Acá estamos logrando comprar frutas, verduras y algunos alimentos no perecederos”.
Sobre esto, Dairo Escorcia, vendedor de frutas en el mercado público de la ciudad, aseguró que en el transcurso de este año ha percibido clientes que llegan a la plaza con el propósito de que “les rinda más la plata” para hacer las compras quincenales o mensuales.
“No estamos vendiendo más ahora que antes, a pesar de que los alimentos estén caros en todas partes; la gente sabe que en el mercado pueden conseguir mejores precios. Acá uno trata de acomodar al cliente”, dijo Escorcia mientras organizaba las frutas de su negocio.
Compra de cárnicos
Verduras, frutas y alimentos no perecederos –como arroz, azúcar, café, harinas, granos, entre otros– son los alimentos más demandados en las plazas de mercado de Barranquilla. A estos también se suman las carnes rojas, blancas y pescados que, pese a ser unos de los alimentos con mayor incremento en su valor, también tienen una clientela que ha logrado encontrar “acomodo”.
Mientras compraba algunas libras de cerdo en un punto del mercado La Magola, Ramón Pedrozo explicó que en este sector de venta de cárnicos en el centro de la ciudad encuentra descuentos de entre 500 y 1.000 pesos por libra, en comparación con otros establecimientos comerciales como almacenes de cadena.
“Ahora me siento más cómodo comprando acá porque, a pesar de que las carnes están caras en todos lados, logro llevar un poquito más de cerdo, pollo y carne de res”, dijo Pedrozo.
Demanda de cerdo
Bladimir Fernández, vendedor de productos cárnicos en la misma plaza de mercado, aseguró estar percibiendo una tendencia en los clientes respecto al tipo de proteínas que prefieren: están comprando más carne de cerdo, en comparación con las demás. Esa “inclinación de la balanza”, en materia de precios, le parece lógica al vendedor.
“La gente se está sintiendo asfixiada con el precio de las carnes y vienen acá para ver cómo se acomodan. Entonces se dan cuenta de que el valor de la libra de cerdo es más asequible que otras carnes. Incluso el pollo está más caro que el cerdo. Puede que esto corresponda a la sobreproducción de cerdos en el mundo”, explicó Fernández.
Centrales mayoristas
Mientras realizaba una compra de distintos alimentos en el centro de la ciudad, Ofelia Mercado expresó que otros de los puntos que considera “de gran ayuda para el bolsillo” son las centrales mayoristas o depósitos de la ciudad.
“En esos comercios he encontrado buenos precios en elementos de aseo y otras cosas del hogar”, ratificó Mercado.
Respecto a lo mencionado, Mirelli Camacho, directora de la Asociación de Abarroteros de Barranquilla (Asaba), detalló que, después de analizar –junto a miembros del gremio– la situación, se concluyó que hay “mucha presencia de amas de casa que van a las plazas de mercado a comprar alimentos perecederos y terminan comprando elementos en tiendas mayoristas”.
La directora de Asaba enfatizó en que el nicho de mercado de este gremio son los abastecedores y clientes que compran productos al por mayor. No obstante, el hecho de que la mayoría de estos establecimientos estén ubicados en puntos cercanos a mercados públicos ayuda a que terminen recibiendo clientes particulares.
“Nosotros no vendemos productos perecederos, pero estos son jalonadores de otros elementos de la canasta familiar. Una persona puede ir a comprar un aguacate en el mercado y terminar en una central mayorista comprando aceites”, concluyó.
Productos de temporada
Por condiciones de ciclos biológicos o factores climáticos, algunos alimentos logran estar en el punto óptimo de consumo en determinadas temporadas del año.
Teniendo en cuenta que en el interior del país –así como en otras regiones del territorio nacional– ya se inició la temporada de lluvias, se espera una mayor producción de determinados alimentos y, consecuentemente, una reducción en su valor. De acuerdo con Leonardo Mulford, gerente de Granabastos, entre estos alimentos estarían todos los tipos de papas y otros tubérculos. Mencionó que podría haber mayor producción de verduras como cebolla y ahuyama.
Pequeños compradores estarían llegando a Granabastos
El gerente Comercial y de Mercadeo de la Gran Central de Abastos del Caribe (Granabastos), Leonardo Mulford, mencionó que, a pesar de que en esta central no se realicen estudios de caracterización de clientes que ingresan, sí lo hacen con los vehículos que llegan a esta plaza. A partir de esa información, fue posible determinar que ha aumentado el número de vehículos particulares y de motocarros, en los que se podrían estar transportando clientes como cabezas de hogar o personas con comercios “muy pequeños”.
“En el comparativo entre febrero y marzo de este año pudimos observar que incrementó en un 7 % la cantidad de carros particulares que ingresaron a Granabastos. También vimos que incrementó en un 17 % el ingreso de motocarros, en un 3 % el número de taxis y en un 2 % la llegada de motos. Los tenderos y mayoristas no suelen llegar en estos medios de transporte. Por eso podemos inferir que están llegando más clientes a la central de abastos y podrían ser familias o pequeños comerciantes”, detalló.
En materia de precios, Mulford explicó que los pequeños compradores podrían estar llegando hasta Granabastos a hacer compra de alimentos de la canasta familiar debido a que en esta plaza de mercado estarían encontrando productos con un 10 % menos en su valor, respecto a los precios finales.