La actriz colombiana Katherine Vélez celebró recientemente sus 25 años de relación con Ernesto Benjumea y abrió su corazón para hablar de los aprendizajes, retos y fortalezas que han marcado su vida juntos. Su testimonio confirma por qué son considerados una de las parejas más sólidas del entretenimiento nacional.
Un amor que se ha construido día a día
Vélez confesó que una de las claves de su relación es la presencia constante de detalles y gestos de cariño. Contó, incluso entre risas, que “todos los días recibe un piropo” de su esposo, algo que para ella mantiene viva la chispa después de tantos años. El humor, la complicidad y la admiración mutua han sido pilares fundamentales.
Las crisis también han estado presentes
Aunque hoy lucen más unidos que nunca, la actriz reconoció que han enfrentado momentos complejos en los que incluso pensaron en separarse. Sin embargo, lo que les permitió superar esos capítulos fue la honestidad total y la disposición a sentarse a hablar sin reservas. Para Vélez, esa capacidad de diálogo es lo que ha evitado que las dificultades se conviertan en rupturas.
Respeto y admiración: la base del vínculo
Katherine no oculta la admiración profunda que siente por Benjumea. Lo describe como un hombre inteligente, sensible y talentoso, y afirma con orgullo que “al lado tiene a un tipazo”. Esa visión, asegura, es parte del sustento emocional que les ha permitido crecer juntos, no solo como pareja sino también dentro del ámbito profesional.
Un matrimonio que combina amor y trabajo
A lo largo de los años, ambos han coincidido en diversos proyectos de televisión y teatro. Para muchos, trabajar con la pareja puede ser un desafío, pero para ellos ha sido una oportunidad de aprender a respetar los procesos del otro, manejar los egos del oficio y fortalecer el vínculo desde la creación artística.
Un ejemplo de relación longeva en el espectáculo
Con más de dos décadas y media juntos, Vélez y Benjumea se consolidan como una de las historias de amor más estables del país. Su relato demuestra que las relaciones duraderas no se basan en fórmulas mágicas, sino en constancia, respeto, cariño diario y la voluntad de atravesar juntos los momentos difíciles.
