Será extraditado

La reciente captura de Geovany Andrés Rojas, alias «Araña», líder de los Comandos de la Frontera, ha generado una crisis en los diálogos de paz en Colombia, especialmente en el departamento de Nariño. Rojas fue detenido en Bogotá al finalizar un ciclo de negociaciones con el Gobierno, en cumplimiento de una orden de captura internacional emitida por una corte de California por cargos de narcotráfico.

Alias «Araña» es oriundo de Cali, pero se crio en el departamento de Putumayo desde los 7 años. Su influencia se extiende principalmente en las regiones de Putumayo y Nariño, donde los Comandos de la Frontera tienen una presencia significativa.

El gobernador de Nariño había reconocido a Rojas como un líder clave en las negociaciones de paz en la región, confiando en su participación para avanzar en los diálogos y alcanzar acuerdos que beneficiaran a las comunidades locales. Sin embargo, su detención pone en entredicho la continuidad y credibilidad de estos procesos.

La captura de Rojas podría tener varias implicaciones para los diálogos de paz en Nariño:

  1. Desconfianza en el proceso: La detención de un negociador en medio de las conversaciones puede generar desconfianza entre las partes, dificultando la construcción de consensos y la disposición a dialogar.
  2. Reconfiguración de liderazgos: La ausencia de Rojas podría provocar una lucha interna por el liderazgo dentro de los Comandos de la Frontera, afectando la cohesión del grupo y su capacidad para negociar.
  3. Incremento de tensiones: La captura puede ser interpretada por algunos sectores como una traición o falta de compromiso del Gobierno, lo que podría intensificar las acciones violentas en la región.
  4. Impacto en la gobernabilidad regional: El gobernador de Nariño, al haber apostado por Rojas como interlocutor, podría ver debilitada su posición y estrategia de paz en el departamento.

Es crucial que el Gobierno y las autoridades locales tomen medidas para mitigar estos efectos, reforzando su compromiso con el proceso de paz y buscando nuevos canales de diálogo que incluya a otros actores relevantes en la región. La participación activa de la sociedad civil y la comunidad internacional será fundamental para garantizar la continuidad y éxito de los esfuerzos de paz en Nariño y el resto del país.