El Vaticano presentó oficialmente el escudo pontificio de León XIV, sucesor de San Pedro y primer papa agustino de la historia, reafirmando su identidad espiritual y su compromiso con la unidad de los cristianos. El diseño conserva los elementos esenciales del blasón que el entonces obispo Robert Prevost adoptó en su consagración episcopal, demostrando una clara voluntad de continuidad pastoral.

El escudo está dividido diagonalmente: en la parte superior, sobre fondo azul, se encuentra un lirio blanco que simboliza la pureza; en la parte inferior, sobre fondo claro, destaca un libro cerrado atravesado por una flecha que perfora un corazón, imagen inspirada en San Agustín y su célebre frase: “Has traspasado mi corazón con tu Palabra”.

Junto al escudo, también se dio a conocer el lema oficial del pontificado: In Illo uno unum, que significa “En aquel Uno, uno solo”. Esta expresión proviene de un sermón de San Agustín sobre el Salmo 127 y resume el ideal de unidad que guía la espiritualidad agustiniana, a la cual pertenece el nuevo pontífice.

En entrevistas previas, el entonces cardenal Prevost ya había enfatizado que la unidad dentro de la Iglesia sería una prioridad en su misión pastoral. Con este escudo y lema, León XIV reafirma ese enfoque.

Además, se publicó el retrato oficial del Papa, que será exhibido en parroquias, diócesis y misiones diplomáticas como signo de comunión con el Obispo de Roma. En la imagen, León XIV aparece con muceta roja, estola bordada, roquete blanco y una cruz pectoral dorada, tal como se presentó por primera vez desde el balcón de la Basílica de San Pedro.

La imagen está acompañada de su firma autógrafa y la abreviatura “P.P.” (Pontifex Pontificum), una fórmula tradicional que destaca el rol único del Papa en la Iglesia. Con estos símbolos, León XIV da inicio a un pontificado marcado por la herencia espiritual de San Agustín y el firme llamado a la unidad.