Bogotá, Colombia.
Una nueva controversia sacude al Congreso de la República, luego de que el representante a la Cámara Daniel Carvalho (Partido Oxígeno) alertara sobre presuntas maniobras políticas del Pacto Histórico para impedirle asumir la Segunda Vicepresidencia de la corporación, cargo que por ley corresponde a un miembro de la oposición.

Según el congresista, el Gobierno Nacional estaría promoviendo una candidatura alterna —la del representante Juan Manuel Cortés, de la Liga de Gobernantes Anticorrupción— para ocupar esa dignidad, a pesar de que dicho movimiento no ha sido oficialmente declarado en oposición al Ejecutivo, como exige el Estatuto de la Oposición.

“Me corresponde asumir esa vicepresidencia, que está reservada para los sectores opositores. Sin embargo, se está gestando una jugada para asignársela a un congresista que no representa oposición real”, afirmó Carvalho, quien también señaló que esta situación podría desequilibrar la pluralidad política de la mesa directiva de la Cámara, que debe incluir voces distintas al oficialismo.

El representante Juan Espinal (Centro Democrático) respaldó la denuncia de Carvalho, advirtiendo que de concretarse esta acción se estaría vulnerando el marco legal que garantiza la participación de los partidos no afines al Gobierno. “Esto sería un desconocimiento directo del estatuto que Petro y su bancada defendieron cuando estaban en oposición”, recalcó.

La polémica gira en torno a si la Liga de Gobernantes Anticorrupción —fundada por el fallecido Rodolfo Hernández— puede considerarse un partido de oposición. Aunque Cortés fue elegido bajo ese aval, el propio movimiento ha señalado que él y la representante Erika Sánchez no están formalmente vinculados a la organización, ya que fueron inscritos mediante un grupo significativo de ciudadanos distinto al utilizado para la candidatura presidencial de Hernández en 2022.

El Estatuto de la Oposición, en vigencia desde 2018 tras los Acuerdos de Paz, establece que los partidos declarados en oposición tienen derecho a ocupar determinados espacios en las mesas directivas legislativas, como una forma de garantizar el equilibrio democrático. Bajo esta norma, la Segunda Vicepresidencia de la Cámara debe ser asumida por un congresista opositor.

“Le pido a la ciudadanía y a los medios que vigilen con atención esta elección. No podemos permitir que se imponga una mesa directiva completamente gobiernista”, enfatizó Carvalho, quien asegura que de concretarse este hecho se estaría replicando una práctica contraria a los principios de representación plural que el propio presidente Petro defendió en el pasado.

La elección de la mesa directiva de la Cámara se perfila, entonces, como un nuevo escenario de tensión política, en el que el respeto a la oposición vuelve a ser tema central en la agenda legislativa.