Carlos Santa María
Las cifras son asombrosas: el interés ANUAL para los préstamos bancarios en Estados Unidos hasta hace dos años atrás rondaba el 3%, aunque ahora ha subido casi al 5%, lo que permitía poseer casa, carro y beca, sin mayores sobresaltos a su población.
Colombia, líder en el agiotismo, ha tenido durante muchos años un promedio del 22% al 30% anual, cuyos seguros pueden ser hasta el 20% de la cuota mensual, la cual puede corresponder a casi el 66%, convirtiéndose en usura legalizada por diversos gobiernos anteriores que han hecho de los bancos su capital propio.
No se puede desconocer que las cifras de ganancia anual de las empresas financieras (bancos preferentemente), son cercanos a los 60 billones de pesos, lo que las convierte en las industrias más rentables del mercado, razón por la cual si un país tiene una clase trabajadora que gana poco dinero y sus pensiones son bajas, la tiene amarrada al crédito producto de sus necesidades.
Allí se entiende que para unas élites miserables, tacañas, desprovistas del concepto patria en forma de oligarquía, la reforma laboral los llena de odio y han decidido despedir muchos empleados con el fin de mostrar al país que hay desempleo, sin transparencia para confirmar que son ellos, pese a sus inmensas ganancias, los que lo fomentan y afectan al pueblo colombiano.
El gobierno debe crear un Banco del Estado de Colombia para debilitar el préstamo extremo, organizar las remesas del extranjero a bajo costo, facilitar los depósitos y giros internos, etc., creando una sólida economía solidaria. Asimismo, controlar el agiotismo al promover que el parlamento, aunque una parte esté supeditada a las élites, establezca nuevas cifras para cobro de interés.
Exhortamos a los empresarios ricos de Colombia y a los dueños del sistema financiero a pensar en sus trabajadores, la colombianidad, la humanidad que significan, con el fin de comprender que cada persona es parte de una familia, con hijos que sostener y dar un futuro. Así, la paz será una realidad.