La política indígena colombiana enfrenta un momento crucial con el eventual relevo en la organización AICO por la Pachamama, una de las colectividades con mayor presencia en procesos de representación ancestral ante el Estado. Según fuentes cercanas a la estructura organizativa, Taita Gilberto Tapie, actual dirigente del movimiento, podría quedar inhabilitado para aspirar al Senado de la República en las elecciones de 2026, debido al presunto vencimiento de los términos legales para haber renunciado a su cargo de autoridad tradicional.

Aunque aún no se ha emitido un pronunciamiento oficial, la situación estaría siendo revisada internamente por los órganos jurídicos de la colectividad, ante el riesgo de que una candidatura improcedente pueda acarrear consecuencias legales similares a las del periodo legislativo anterior.

Un antecedente

Cabe recordar el caso del exsenador Taita Polivio Leandro Rosales, quien fue elegido en 2022, pero perdió su investidura en menos de un año por no haber renunciado a tiempo a su cargo en la estructura indígena, incurriendo en una inhabilidad que fue posteriormente confirmada por el Consejo de Estado.

Implicaciones

La eventual salida de Tapie del escenario electoral abriría la puerta al liderazgo de Jesús Homero Cuasapud, actual representante legal de AICO Político a nivel nacional y cabeza visible de la línea político electoral del movimiento. Cuasapud ha venido ganando terreno en la organización en los últimos años, posicionándose como una figura que podría garantizar continuidad institucional, mayor articulación con sectores sociales afines y una estrategia jurídica más sólida frente a los procesos de elección popular.

Representante AICO político Taita Jesús Homero Cuasapud

Esta posible reconfiguración interna no solo tiene implicaciones al interior de AICO, sino también en la arquitectura política indígena del país. La representación de los pueblos ancestrales en el Congreso continúa siendo limitada y fuertemente vigilada por organismos electorales y de control, por lo que cada decisión de tipo organizativo puede traducirse en efectos reales sobre la capacidad de participación democrática de estos sectores.

Estrictas reglas

Analistas políticos indígenas, coinciden en que el caso podría sentar un nuevo precedente sobre la relación entre cargos de autoridad indígena y aspiraciones políticas en Colombia. Aunque el ordenamiento jurídico reconoce la autonomía de los pueblos indígenas, las candidaturas al Congreso están sujetas a reglas estrictas que buscan evitar conflictos de intereses, acumulación de poder o violaciones al régimen de inhabilidades y compatibilidades.

En ese contexto, AICO ha iniciado un proceso de revisión de sus protocolos internos y decisiones administrativas, buscando asegurar que sus listas al Senado cumplan con los requisitos legales. Voceros del movimiento han señalado que el objetivo es garantizar una participación electoral sin contratiempos jurídicos y con plena legitimidad, especialmente en un momento en que el movimiento indígena busca fortalecer su voz en el Congreso y evitar repetir los errores que, en ciclos anteriores, debilitaron su representación institucional.

El panorama aún es incierto, pero lo que es claro es que los próximos días serán clave para definir la ruta electoral de AICO por la Pachamama y, con ello, el papel que jugará dentro del creciente protagonismo político de los pueblos indígenas en Colombia.