Por: Mauricio Fernando Muñoz Mazuera

Este viernes 11 de julio se retoma la Liga de futbol colombiana, el rentado nacional que congrega a los 20 equipos de la “A” que buscarán bordar una nueva estrella en sus escudos y alcanzar así el cupo para participar en un torneo internacional. Y con cada comienzo de campeonato, arranca las afujías para la aún Asociación Deportivo Pasto, el equipo de todos los nariñenses que durante los últimos años nos ha venido enseñando a no esperar nada de ellos, y como dice la expresión, a pesar de la baja expectativa que se tiene de la participación del conjunto tricolor en la liga colombiana, aún nos puede llegar a decepcionar hasta el extremo.

Con cada inicio de competición, Deportivo Pasto se ha afiliado al grupo de la mediocridad, del hacer cualquier cosa y de la improvisación a diestra y siniestra. Camilo Ayala, como técnico no logra convencer totalmente a la afición, en parte por su inexperiencia que se ha visto reflejada al momento de tomar decisiones cruciales en instancias apremiantes, hasta llegar al punto que pareciera que no tiene criterio para llevar jugadores al equipo volcánico, como si alguien dirigiera las riendas del onceno en cuerpo ajeno. No podemos dejar de lado polémicas vividas en el pasado semestre cuando Ayala no tenía en cuenta a jugadores como Castilla, Alba o Borre,  a pesar de que la afición pedía la presencia de estos jugadores durante los encuentros que se desarrollaban en el Estadio Libertad.

Para este torneo el equipo tiene 8 bajas confirmadas: Israel Alba, Juan Castilla, Edwin Velasco, Bryan Carabali, Deiner Quiñonez, Nicolás Morinigo, Yair Arboleda y Gustavo Torres. Hasta el día de hoy se ha confirmado la llegada de 3 jugadores, Jeferson Rivas, Freddy Espinal y David Camacho, pero delanteros goleadores… por ningún lado. Tengamos presente que en el campeonato pasado, el goleador del equipo fue el defensa Andrés Alarcón, otro que suena para firmar su salida de la escuadra del sur del país.

El técnico ha venido diciendo que están en busca de un lateral derecho y un volante interior, pero el problema es que Deportivo Pasto no tiene una columna vertebral, carecemos de un defensa central de jerarquía que le de tranquilidad a Cabezas cuando el equipo sea atacado, no tenemos un volante de contención que ayude con la marcación y de el pase limpio para que el equipo salga desde atrás con solvencia, sin recurrir siempre al pelotazo. No tenemos un volante 10, que maneje con tranquilidad los hilos del juego, que sea esa figura que pague la boleta y de gusto ver jugar. Obviamente nos falta un 9 goleador, un “killer” que con su sola presencia intimide a los defensa del equipo rival.

Y si seguimos con esta crítica constructiva, no tenemos hace muchísimo tiempo un buen cobrador de tiros libres. Torneos atrás era una posibilidad de gol latente la que Deportivo Pasto generaba al cobrar un tiro libre, ahora nos queda ver cómo nos hacen goles de esta forma. También no hemos podido disfrutar en los últimos tiempos de un buen carrilero, un hombre que desborde con rapidez y que sepa lanzar un centro al área, en pocas palabras, NO TENEMOS NADA.  

Pero lo peor no es no tener nada, lo más triste es que los aficiónados nos hemos enseñado a este despropósito, a gritarle a diestra y siniestra al presidente del Deportivo Pasto desde las tribunas, pero del dicho al hecho…  no hacemos más. Estoy casi seguro que por esa razón es que desde la dirección del equipo hacen y deshacen, porque nadie se expresa con vehemencia. Al equipo tricolor le falta dolientes con convicción y poder, que acaben con la mediocridad en las que los mezquinos tristemente nos han sumido.