La pedalista nariñense, Manuelita Pasaje, se ha convertido en un referente del ciclismo regional tras su destacada participación en la novena versión de la Vuelta a Nariño, donde logró posicionarse en el tercer puesto.
No obstante, su ambición no se detiene aquí, ya que se alista para enfrentar nuevos desafíos en la Clásica a Ibarra y, posteriormente, en la Vuelta Ecuador, con el firme propósito de dejar en alto los colores de su departamento.
Oriunda del municipio de San José de Albán, Pasaje comparte su experiencia sobre la reciente competencia que reunió a los mejores exponentes del ciclismo regional. Con un brillo en sus ojos, expresa cómo cada etapa fue una verdadera prueba de resistencia y estrategia para todos los participantes. “Fue una carrera muy compleja”, comenta, “con una exigencia que se sintió a lo largo de las cinco etapas. Esto resulta gratificante para los competidores, pues nos permite medir nuestras fuerzas y habilidades en circunstancias desafiantes”.
Sin embargo, la ruta hacia el podio no estuvo exenta de obstáculos. La ciclista recordó un momento crítico durante la etapa en Yacuanquer, cuando sufrió un percance mecánico que le impidió obtener un mejor resultado. “Mi objetivo era quedar campeona, pero no se consiguió este propósito”, añadió con resignación, aunque sin perder el optimismo. A pesar de los contratiempos, Pasaje afirmó sentirse satisfecha con el esfuerzo realizado durante la competencia, reflejando su dedicación y pasión por este deporte.
El espíritu competitivo y la tenacidad de Manuelita Pasaje son palpables. Con una actitud positiva hacia el futuro, sigue entrenando con ahínco, lista para afrontar los nuevos retos que se avecinan, siempre con la meta de poner a Nariño en lo más alto del ciclismo. Su historia es un testimonio del esfuerzo y la perseverancia de las mujeres en el deporte.
